Tras el Gran Premio de Canadá, séptima prueba del Campeonato del Mundo de Fórmula 1, toca hacer balance. El primer tercio de la temporada 2019 ha estado marcado por el paseo triunfal de los campeones vigentes. Mercedes ha arrasado a la competencia, ganando todas y cada una de las carreras, con cinco dobletes que muestran un poderío supremo. Un regreso a los primeros años de la era híbrida. Pero en estas primeras citas han ocurrido muchas más cosas, y cada equipo se encuentra en una situación que vale la pena desgranar.
Como decimos, Mercedes ha dominado con mano de hierro este inicio del campeonato, con cinco victorias para Lewis Hamilton y dos para Valtteri Bottas. El finlandés se llevó la primera y hasta el Gran Premio de España parecía estar a un nivel similar al de su compañero de equipo. Tras las dos carreras urbanas en Mónaco y Canadá, parece que el pentacampeón británico ha dado un paso más y es el favorito para reverdecer laureles. El W10 EQ Power+ es una auténtica bestia que está poniendo al fabricante alemán en la historia del automovilismo con letras de oro.
Ferrari anda a la zaga, y aunque debería estar a un mejor nivel que el año pasado, lo cierto es que no es así. Sea por una mejor labor de los de Stuttgart o por un peor trabajo de los de Maranello, la distancia entre los dos fabricantes ha aumentado con respecto a 2018, y eso es algo que no favorece para nada a la competición. Es cierto que en Bahrein pudieron luchar de tú a tú, y sólo los errores de pilotaje y problemas mecánicos les apartaron de la batalla, pero en el resto de carreras siempre han estado un paso por detrás. Lo de Canadá es un tema aparte. Merecida a no la sanción, volvieron a estar al nivel de Mercedes, pero también es cierto que el trazado de Montreal tiene unas características especiales que favorecen a la menor carga aerodinámica del SF90. Así que por ahora, no son contendientes al título. Veremos que pasa de aquí en adelante.
En Milton Keynes se respira un aire ambiguo. Por un lado, el cambio a los motores Honda ha dado una chispa de esperanza al conjunto de la bebida energética; pero por otro, la marcha de Daniel Ricciardo y el ascenso de un Pierre Gasly un poco “verde” les hace temer que el futuro no sea todo lo exitoso que pretenden. El nuevo RB15 es una máquina al nivel de sus predecesores, pero sigue sin estar al mismo nivel que el Mercedes, que es quien corta el bacalao. De momento siguen siendo los terceros espadas, y aunque en algunos circuitos hayan ido mejor que Ferrari, están medio paso detrás de la estructura italiana. La relación con el fabricante japonés tiene que madurar todavía. Tienen tiempo.
Si hay un equipo en el que se aprecian ciertos brotes verdes es McLaren. Los de Woking han estado realizando una serie de cambios en su estructura interna que parece que poco a poco les van dando frutos. Por lo pronto, su chasis es el que mejor partido saca al motor Renault, lo cual es algo que debe entusiasmarles. En estas primeras siete carreras les ha pasado de todo y no han podido sumar todos los puntos que hubieran querido, pero con todo y con eso han sido los mejores del resto, colocando a Carlos Sainz en séptimo lugar del campeonato de pilotos. La llegada de Andreas Seidl y el gran trabajo del debutante Lando Norris sólo puede darles un nuevo impulso para afrontar su futuro con optimismo.
Aunque ahora mismo ocupan el quinto lugar en la tabla del campeonato, no han sido ni de lejos el quinto mejor constructor. Renault ha ensamblado un coche que no sólo no está al nivel de su predecesor, sino que parece estar por detrás. El circuito urbano Gilles Villeneuve les ha venido como anillo al dedo, sumando tantos puntos como los que tenían hasta este domingo. Su situación es decepcionante para ser un equipo fabricante, que se supone que tenía un plan de cinco años para llegar a la cúspide. Con este, es el cuarto año desde su regreso, y no sólo no van hacia delante, sino que van marcha atrás. Deben replantearse muchas cosas, empezando por la cabeza al mando del proyecto y bajando en la estructura, si quieren afrontar un 2020 en la parte delantera que les haga soñar con un 2021 triunfador. Porque este año lo pueden ir dando por terminado.
La tensión vivida en el pasado por los cambios de propietario, ha dado paso a un bálsamo en el que trabaja Racing Point. El equipo de Silverstone ocupa el sexto lugar en el campeonato, y aunque pueda estar un paso por detrás que otros años, no hay que cebarse en exceso con ellos. Los líos internos como consecuencia del cambio de dueños han podido afectar en cierta manera, pero también la salida de Esteban Ocon ha podio influir. Lance Stroll no es Ocon, y eso se ve en los resultados y en el empuje del equipo. Es difícil valorar su trabajo, en cuanto es un equipo cuyos objetivos a largo plazo seguro que son muy distintos a los de sus rivales más cercanos.
Por su parte, Toro Rosso está sorprendiendo. Y sobretodo, Alex Albon. Los hermanos pequeños de Red Bull han afrontado este primer tercio del año al ataque, y se les ha visto en carrera en posiciones que no les correspondían, luchando por los puntos de manera casi constante. Sus pilotos han mostrado aplomo, y la experiencia de Daniil Kvyat unida a la juventud de Albon está dando un cóctel que por ahora ha dado sus frutos. Si seguirán por este camino o no, es difícil de saber, pero lo conseguido hasta ahora ya lo tienen.
Otro equipo que está fuera de posición es Haas. Al menos si nos referimos al coche. El VF-19 es un bólido con unas prestaciones demostradas a un nivel similar al del McLaren MCL34, es decir, que deberían estar por delante de Renault. Pero claro, no sólo de rendimiento puro viven las carreras. La estructura estadounidense cuenta con las herramientas, pero le fallan los que las manejan. Y no sólo los pilotos. Nadie duda de la calidad de Romain Grosjean y Kevin Magnussen, pero en un equipo hay que trabajar en equipo, y en Haas se aprecia una cierta desunión. El conjunto no termina de ir unido y eso se aprecia en los resultados. Sea por lo que sea, dieciséis puntos son muy pocos para un equipo que sorprendió desde sus inicios y que luchó estos años por el cuarto lugar. Coche tienen, pero hay que rendir en carrera.
Alfa Romeo ocupa el noveno lugar. El equipo que sorprendió antes de las pruebas invernales con un diseño curioso de su coche, y que venía con el aura del regreso de un gran fabricante al campeonato, ocupa la penúltima posición. Empezaron relativamente bien, pero en las últimas cuatro citas se han ido desinflando. Necesitan un golpe de timón urgentemente, si quieren firmar un año decente. Kimi Räikkönen mantiene la esperanza gracias a su experiencia, pero Antonio Giovinazzi tiene que sorprender ya. Es el momento, su equipo le necesita. En cualquier caso, disponen de tiempo. Es un proyecto con la mira puesta en el futuro lejano, así que no importa que tarden un poco en llegar mientras cimentan bien su base.
Y por último, Williams. ¿Qué se puede decir de Williams? Poco, porque ya se ha dicho de todo. Ni están ni se les espera. Y es muy preocupante. La espantada de Paddy Lowe evidencia un problema de mucha profundidad que requiere una solución muy compleja. Lástima de los pilotos. Ni George Russell ni Robert Kubica merecen pelearse cada fin de semana con un engendro con ruedas como el FW42. Ni ellos, ni todos los trabajadores que se han partido la espalda y estrujado los sesos para que ese coche corriera algo. Es una pena muy grande ver a una leyenda como el conjunto de Grove en esta situación. El futuro se atisba muy negro, sobretodo, porque torres más altas cayeron antes que ellos.
Y con esta tremenda decepción terminamos el balance de este primer tercio del Campeonato del Mundo 2019 de Fórmula 1. Por delante tenemos un verano de lo más entretenido con otras siete carreras a lo largo y ancho de Europa. Y después, la última tercera parte repartida entre Asia y América. Veremos si Mercedes mantiene su supremacía, y si los demás equipos mantienen sus tendencias. Si los que lo están haciendo bien se mantienen, y si los que no lo están haciendo tan bien consiguen mejorar.