Más de 10.000 Kilómetros separan nuestro país de Japón. Una distancia que parece enorme, y lo es, pero no insalvable. El desarrollo de la tecnología aérea nos permite reducirla casi al absurdo y compartir momentos tan interesantes como especiales. Hace unos meses, en una sala de prensa de un circuito se juntaron dos personas que ya se conocían. Una era occidental y la otra oriental. Y ambas, buenas conocedoras de la situación del automovilismo en sus respectivos países. Un tercero, quien les escribe, tuvo la oportunidad de compartir una conversación agradable y amena sobre carreras de coches con estos dos señores. Se trata de Koji Obara y Álex Garcia.

Koji Obara es el piloto del coche de seguridad del circuito japonés de Sugo. Debido a su condición, ha conpartido pista con las grandes estrellas del Super GT y la Super Formula. Pilotos de la talla de Jenson Button, Kenta Yamashita, Naoki Yamamoto, Kazuki Nakajima, Nick Cassidy o Álex Palou. Además, está involucrado en la promoción de Natural Tunning, un producto desarrollado en el país del sol naciente que ayuda a la mejor combustión de los motores de explosión, reduciendo la emisión de gases contaminantes. Por su parte, Àlex García es periodista automovilístico, uno de los comentaristas este año del Campeonato del Mundo de Rally y especialista en automovilismo japonés. Como tal, conoce los intríngulis de la cultura automovilística del país y es capaz de moverse como pez en el agua en los innumerables campeonatos que se corren allí.

Es el momento de conocer de primera mano las impresiones de estos dos personajes. La conversación dio para mucho, así que empezaremos en esta primera parte hablando de las concepciones japonesa y europea del automovilismo, y del trabajo de los dos protagonistas. Comenzamos hablando de la experiencia de Àlex Garcia en el circuito de Sugo, cuando Koji Obara le dio una vuelta al trazado nipón a bordo del Safety Car.

Vista aérea del circuito japonés de Sugo

Pablo López (El Acelerador): “Hace un tiempo, compartisteis coche para dar una vuelta al circuito de Sugo. Sabemos que para Àlex fue una gran experiencia. Señor Obara, ¿sintió mucha presión por la responsabilidad de llevar a bordo a Àlex? ¿Le tentó la idea de llevar el coche al límite para asustarle un poco?”

Koji Obara: “Bueno, una persona que viene de tan lejos, de España, y va a Japón por el interés que tiene por las categorías que se corren allí, y por ir al circuito de Sugo, pues intentas que la experiencia sea algo interesante y emocionante. Te guardas un poco, ese último 10% para no entrar en riesgo. Pero como la vuelta en Sugo es muy corta, puedes dar más de una e ir acortando ese margen de seguridad. No tuve sensación de presión por la responsabilidad porque conozco muy bien el circuito, he dado muchas vueltas allí. Y sobre intentar asustar a Àlex, pues esperaba que se sorprendiera más, no lo ví muy sorprendido.”

Àlex Garcia: “Creo que fue más por disfrutar de la experiencia que por la falta de sorpresa.”

P. López: “En vosotros se unen dos concepciones culturales distintas y dos maneras de ver las carreras. ¿Qué diferencias observáis en la manera de afrontar las carreras en Japón y en Europa?”

K. Obara: “Para mí, el estándar del deporte de motor está en Europa. Es donde nació y donde se ha desarrollado. Considero que la sensación que tenemos en Japón es como de un padre y un hijo. El automovilismo nació en Europa, pero en Japón ves similitudes con lo europeo y cosas que se han adaptado a las necesidades que tenemos allí.”

À. Garcia: “Quizás, en Japón se centra todo un poco más de cara al público. Es más un entretenimiento para todo el mundo. Es habitual ver familias enteras llenando los circuitos, algo que también ocurre en Europa, pero no tanto. Se parece más al estilo americano. El espectáculo es una parte muy importante. Desde hace tiempo, existen normativas para igualar las mecánicas en pos de mejorar la igualdad y mantener la emoción hasta el final. Además, el hecho de que haya tantas marcas automovilísticas ha contribuido a mantener una cultura del automóvil muy potente. De hecho, tienen más seguimiento, en general, las categorías nacionales que las internacionales, salvo la Fórmula 1. Quizás sea la única excepción.”

Àlex Garcia en el muro de boxes del circuito de Sugo. © Àlex Garcia

P. López: “Señor Obara, su labor como piloto del coche de seguridad en el Super GT y en otras competiciones de Japón es crucial para el desarrollo de las mismas. Como no he tenido nunca la oportunidad de hablar con un piloto de Safety Car, cuénteme: ¿En qué se basa su trabajo?”

K. Obara: “Nuestro trabajo es el de ayudar a Control de Carrera. Lo que se ve fácilmente es cuando hay una situación en que la carrera no puede proseguir de manera normal y nosotros salimos con el coche de seguridad a pista. Entonces es cuando tengo que salir en el momento exacto para ponerme delante del primer clasificado, reducir mi velocidad y encontrar un ritmo adecuado. Dentro del coche tenemos radio, por lo que la comunicación es bidireccional con Control de Carrera. Nosotros podemos darles información de lo que vemos y ellos a nosotros también. Es importante saber qué hacen los coches que llevamos detrás, cuando hacen zigzags para calentar los neumáticos o las pruebas de frenado que practican durante ese período en el que la carrera está neutralizada. Sobretodo, por si cometemos un error o realizamos una maniobra fuera de lo habitual, porque podemos tener un choque por alcance de alguno de los participantes que no nos haya visto. Luego, es muy importante, a la hora de volver a entrar al Pit Lane, saber el momento en el que tienes que apagar las luces, el momento en el que tienes que acelerar y escaparte de los coches. Porque hay que evitar una situación en la que los coches te puedan volver a alcanzar antes de que hayamos entrado en el carril de boxes. Y también, durante el fin de semana nos encargamos de mantener el Coche de Seguridad, que esté operativo y en perfectas condiciones en todo momento. Revisamos todos los coches que tengamos que usar durante esos días. Incluso, llevamos cajas de herramientas por si nos surgiera algún contratiempo de última hora.”

Koji Obara comandando el pelotón al volante del Safety Car, durante una carrera de la Super Formula en Sugo

P. López: “Señor Garcia, usted es una referencia periodística en cuanto al automovilismo japonés se refiere. ¿De dónde viene su afición por las carreras japonesas?”

À. Garcia: “La verdad es que a mí siempre me interesó mucho la cultura japonesa. Sobretodo porque cuando era pequeño, veía las carreras de allí, con coches muy coloridos, parecidos a los que había aquí en Europa, pero con unas decoraciones distintas, muy elaboradas. Aquello me llamó la atención. Y además, coincidió con la época en la que Pedro de la Rosa competía en la Formula Nippon, así que el hecho de tener un piloto de España, de casa, compitiendo en el otro lado del mundo, y que además fuera un lugar que a mí ya me había llamado la atención, pues hizo que estuviera más pendiente. Recuerdo leer las pequeñas reseñas en las revistas, que con el tiempo he sabido que en todo aquello trabajó Raimón Durán, con el que luego he tenido una buena relación. Era la única manera de estar al tanto de todo aquello. Con el tiempo llegó Internet y la posibilidad de ver algún trozo de alguna carrera vía satélite. Te encuentras que compiten coches que has visto en las 24 Horas de Le Mans y todo aquello te desconcierta un poco… Sigo las competiciones japonesas de manera regular desde hace unos diez años y de manera profesional desde 2012. Por esa época empecé a estudiar japonés, lo cual me permite acceder a información que de otra manera me sería prácticamente inaccesible.”

P. López: “Señor Obara, ¿qué cree que el automovilismo japonés puede importar del automovilismo europeo?”

K. Obara: “Desde mi punto de vista, me da la impresión de que en Europa, entre los pilotos hay más respeto, más aprecio, tanto a nivel profesional como amateur. Es algo que he visto desde fuera y me parece que se podría aplicar más en Japón. Sí es cierto que entre pilotos de la misma categoría hay mucha amistad, pero no se aplica entre pilotos de distintos niveles. Da la sensación de que aquí hay una admiración hacia los pilotos, sea cual sea su categoría, pero esto no se da allí de la misma manera.”

P. López “Señor Garcia, ¿qué cree que el automovilismo europeo puede importar del automovilismo japonés?”

À. Garcia: “Ante todo, entender el concepto que hay detrás del automovilismo. Detrás de cada equipo, detrás de cada carrera y detrás de cada campeonato hay gente. Sobretodo, allí hay una cultura que hace que las marcas entiendan que hay un valor. Este valor está porque les gusta mucho el automovilismo, entonces te puedes encontrar un campeonato pequeño que tenga más de treinta coches participando, el doble que en muchos campeonatos europeos. Y no es porque sea más barato competir, sino porque hay muchos más patrocinadores pequeños con ganas de estar relacionados con las carreras. No sólo con Fórmula 1 o Super GT, sino con pilotos que están creciendo y que tienen un punto atractivo. El comprador ya entiende que por patrocinar a alguien en categorías inferiores, el producto ya es de alta tecnología, algo que no sucede aquí. Así que si hay algo que se pueda aprender en Europa, es precisamente esa cultura.”

El Circuit Safari, en el que los aficionados pueden montar en un autobús que da vueltas a la pista mientras los coches de competición ruedan en ella, es un claro ejemplo del espíritu japonés por fomentar el espectáculo y acercarlo a la gente

Terminamos la primera parte de nuestra tertulia. En la segunda, trataremos del presente y el futuro del automovilismo japonés, su relación con nuestro país a corto y medio plazo, y algunas cosas más relacionadas con nuestros dos protagonistas.

Foto de portada: © Àlex Garcia