Carlos Checa es de sobra conocido en el mundo de las dos ruedas. Pero el piloto catalán hace ya un tiempo que coquetea con las cuatro ruedas: desde los GT3 al Dakar. Nos encontramos con su nombre en la lista de inscritos en la categoría RX2e en su cita de Barcelona y no pudimos resistirnos a concretar con él un ratito en el que charlar un poco. Carlos es cercano, una de esas personas con las que enseguida fluye la conversación. De hecho, tuvimos que encender la grabadora rápidamente, porque en cuanto nos damos cuenta estamos metidos de pleno en las carreras, charlando de todo un poco. Como si no fuera la primera vez que hablamos.
El Acelerador (EA): Carlos, ¿que tal la experiencia del RX2e?
Carlos Checa (CC): Pues bien, la experiencia bien. Evidentemente, siempre quieres ir un poco más fuerte o un poquito más rápido. Pero bueno, hoy aquí el resultado para mí es lo de menos. Que consigo un buen resultado, pues bien. Y si no lo consigo, pues mira… Al final lo que yo quiero es aprovechar esta oportunidad de correr en casa, que siempre es especial, aunque sea en esta nueva modalidad y tal. También en un trazado diferente, pero al final estás compitiendo igualmente. Así aprendo también de esta modalidad, de estos coches y de la tecnología desarrollada por los chicos de QEV, que lo están haciendo muy bien con estos vehículos de alto nivel.
Además de que estos coches son muy divertidos, y poder medirte con estos pilotos tan experimentados o incluso con gente como Nick Heidfeld, en este caso, pues siempre es interesante. En coches me siento todavía un principiante, entonces mi principal objetivo es aprender y pasarlo bien con esta experiencia. No tanto como un simple divertimento, sino que, además me sirve para aprender, fijarme en detalles, estar con los que llevan mucho más tiempo detrás del volante de estos coches…
(EA): Tu vienes de las motos, la competición es diferente aquí…
(CC): Sí, en las motos es bastante más “traumática”. Aquí, un error se paga con un golpe o una salida de pista sin muchas más consecuencias. Por eso también me gusta, porque dentro de ese riesgo que hay, que lo hay, esta categoría es bastante segura dentro de lo que cabe. Y entonces si sumas todo eso, pues estoy encantado de estar aquí. Es una gran experiencia
(EA): Ese extra de seguridad respecto a las motos, ¿te da más confianza a la hora de meterte en peleas? Porque hemos visto que algunos pilotos de otras categorías sufren un poco más en ese aspecto, el de encontrarse cuerpo a cuerpo con otros pilotos tan de cerca.
(CC): Sí, puede que sí. Es una cuestión de atreverse y ese atrevimiento te lo da normalmente el conocer mejor el coche, a tus rivales, saber cómo reaccionarán hombre y máquina… Entonces ahí es donde tú puedes decidir empujar un poco más. Y eso se consigue, obviamente, compitiendo más con estos coches, entrenando y demás. Aun así, evidentemente, cuando entras encima de una moto en una curva con cuatro o cinco pilotos más, la preocupación o el miedo a caer o cometer un error es mayor. Sobre todo, a cometer un error: es en lo que piensa cualquier piloto. Normalmente no piensas en las consecuencias. Aunque en la moto sabes que las consecuencias físicas pueden ser mucho peores. Y aquí no.
Aquí pienso más en estar acertado, en cómo ir un poco más rápido, que con este coche y este trazado a veces querer ir muy rápido te hace ir más lento. Es una línea muy fina entre derrapar lo justo, no pasarte, conseguir tracción pronto… y siempre te acabas pasando un poco (se ríe). ¡Ostras! ¡Y la frenada! Aquí puedes frenar cuanto quieras, aunque después el coche no sale tan bien. Entonces se trata todo el rato de encontrar ese punto de equilibrio, eso es lo que determina el conseguir un buen resultado en la carrera. Son carreras muy cortas, donde cuenta mucho la salida, en las que no es fácil adelantar.
(EA): Y tu encima vienes del asfalto… ¿Cómo llevas la tierra, los saltos…?
(CC): Pues precisamente es lo que más me gusta (se ríe otra vez). Porque, claro, toda mi vida he estado sobre el asfalto. En realidad, en Nürburgring ya corrí una carrera con un Audi. Pero venía siendo un poco más de lo mismo que con la moto, pero aún más limitado en lo que podías o no hacer sobre la pista. Fui con Álex Riberas, que me ayudó mucho, aunque no competía ese fin de semana. Y estuvo muy bien estar con alguien que sabía tanto como Álex. Aunque, es eso: se parecía mucho a lo que había hecho sobre la moto. Entonces, para mí el rallycross tiene mucho más atractivo. O el Dakar, o la tierra. La tierra me gusta mucho porque te permite jugar mucho más a ti como piloto. Es como que las manos del piloto intervienen más que la tecnología o la puesta punto.
Hasta aquí la primera parte de esta entrevista. Segunda parte disponible en los próximos días.