El campeonato DTM afronta una nueva era. La introducción de los nuevos motores turbo y la salida de Mercedes, unida a la llegada de Aston Martin, hacen que este año sea muy importante para el futuro del certamen. El Máster Alemán de Turismos busca mantenerse como uno de los campeonatos automovilísticos de referencia a nivel internacional, aunque siga basado en Alemania.

La nueva reglamentación, que busca la unificación de conceptos con el Super GT japonés, pretende una modernización y actualización de conceptos, a imagen y semejanza de otros campeonatos europeos. Con estos cambios, la esperada unión de Super GT y DTM podría darse en un futuro, aunque a día de hoy, lo más cercano parece ser la organización de algunas pruebas fuera de campeonato donde puedan competir los protagonistas de ambos certámenes, además de la participación de fabricantes del Super GT en la última carrera del DTM, como está previsto para este año.

Con ello, Audi y BMW han preparado unos coches totalmente nuevos basados en este reglamento llamado “Class One”. Mercedes, el otro gran constructor alemán, una de las patas durante muchos años del campeonato, junto a la marca de los cuatro aros, decidió retirarse al final de la temporada pasada, dejando el testigo a otro fabricante que quisiera ocupar su puesto. Y ese fabricante es, ni más ni menos, que Aston Martin. La marca británica llega con el respaldo de R Motorsport y el apoyo explícito de HWA, empresa estrechamente relacionada con Mercedes. Así que se podría decir que todo queda en casa.

Última carrera del DTM 2018 en Hockenheimring. Allí empezará el campeonato 2019. © DTM

La llegada de los de Gaydon supone la primera participación de un fabricante no alemán desde la refundación del campeonato. Si tenemos en cuenta la historia del DTM desde 1984, cuando fue fundado como Deutsche Tourenwagen Meisterschaft, han pasado 23 años desde que Alfa Romeo participó en el certamen como fabricante no alemán, junto a los teutones Mercedes y Opel. Así pues, esta apertura al exterior, supone un punto de inflexión en su historia, siendo el cuarto fabricante de coches que decide participar en el legendario campeonato.

Un campeonato que durante muchos años ha acaparado el protagonismo del mundo de los turismos, situándose por encima del WTCC, incluso en los mejores años de las series mundiales. El apoyo de los fabricantes ha sido clave en ello, siendo los auténticos protagonistas, por encima, en la mayoría de ocasiones, del buen hacer de los pilotos participantes. En esta nueva era, se espera que esta filosofía que tan buenos resultados les ha dado se mantenga. Sin Mercedes, pero con Aston Martin.

El nuevo Aston Martin Vantage DTM junto a los cuatro pilotos que lo domarán: Habsburg, Dennis, di Resta y Juncadella. © DTM

Tras las pruebas de pretemporada realizadas en el circuito de Lausitzring hace unas semanas, pocos se han atrevido a sacar conclusiones. Pero parece que el nuevo Aston Martin Vantage DTM podría estar a un nivel similar a los nuevos BMW M4 Turbo DTM y Audi RS5 Turbo DTM. Y esto serían fantásticas noticias, pues daría lugar a la imprevisibilidad que caracteriza a este campeonato, donde puede ganar cualquiera. Y no sólo eso, sino que ese cualquiera puede acabar el último en la siguiente carrera, fruto de la igualdad tan extrema que se da. Es el resultado del trabajo tan súmamente profesional que llevan a cabo los equipos y los fabricantes, unido a la participación de pilotos de gran renombre.

El campeonato empezará y acabará, como es habitual, en Hockenheimring. Pero entre medio, habrá otros siete fines de semana de carreras, en circuitos tan populares como Zolder o Misano, antes de llegar al urbano de Norisring en julio. Assen y Brands Hatch pondrán el color europeo al verano, antes de la recta final protagonizada por Lausitzring, el legendario Nürburgring, aunque en su versión moderna; y finalmente el regreso a Hockenheim. En total, 18 carreras, dos por cada circuito visitado.

El nuevo Audi RS5 Turbo DTM durante los entrenamientos de pretemporada en Lausitzring. © DTM

La marcha de Mercedes ha provocado la salida de pilotos que han sido auténticos protagonistas del campeonato, como los campeones Gary Paffett y Pascal Wehrlein; mientras que algunos expilotos de la casa de Stuttgart se mantendrán, pilotando el nuevo Aston Martin, caso de Paul di Resta y Daniel Juncadella. Pero además del fabricante británico, algunas caras debutarán este año. Es el caso de Pietro Fittipaldi y Jonathan Aberdein con Audi; Sheldon van der Linde con BMW; y Ferdinand Habsburg y Jake Dennis con Aston Martin.

Todo está preparado en Hockenheimring para que la nueva era del DTM dé el pistoletazo de salida. Nuevos coches, nuevo reglamento, nuevas caras, pero el mismo espíritu que caracteriza a uno de los campeonatos automovilísticos más importantes del mundo, cuyas carreras hacen que los aficionados se levanten del asiento. Luchas encarnizadas, toques y velocidad caracterizan a un certamen que se reinventa a sí mismo para crecer un año más. El DTM está de vuelta.

El nuevo BMW M4 Turbo DTM durante los test de pretemporada en Lausitzring. © DTM

Foto de portada: © DTM