A partir de mañana, el Circuito Internacional de Sebring será la sede mundial del deporte automovilístico. Allí se van a dar cita los dos campeonatos más importantes de la resistencia a nivel mundial, y por primera vez, el que en teoría es más importante, actuará como telonero de la estrella principal. Las 1000 millas de Sebring, cita puntuable del Campeonato del Mundo de Resistencia, será el anticipo de la carrera por excelencia del trazado, las 12 Horas de Sebring, segunda ronda del Campeonato de Resistencia IMSA.
El que durante mucho tiempo fuera una aeródromo de pruebas militares, hoy en día es un circuito de carreras que comparte algunas de sus instalaciones con un aeropuerto de carácter regional. El autódromo floridano, que se encuentra a unos 225 Kilómetros al sur del circuito de Daytona, mantiene muchas de las secciones de hormigón que formaban parte de las pistas de aterrizaje y de rodadura del campo de aviación. Ya no ruedan los aviones, pero sí los coches de carreras a velocidades similares que en vez de hacerlos levantarse, los hacen pegarse más al suelo.
Debido a sus orígenes, Sebring es un circuito prácticamente plano, lo que ocasiona ciertos problemas a la hora de evacuar el agua cuando llueve. Algo que vivió en sus propias carnes Fermín Vélez, que conquistó la mítica prueba por primera vez en 1995 bajo un intenso aguacero que obligó a parar varias veces la carrera. Repitió su hazaña en 1997, en ambas ocasiones con el Ferrari 333 SP del equipo Scandia. No fue el único español en hacerlo, pues Marc Gené hizo lo propio en 2010 con el Peugeot 908 Hdi FAP como parte del programa de preparación de cara a las 24 Horas de Le Mans de la marca francesa.
Y como no, Antonio García también ha ganado aquí, aunque en su caso en categoría GT, sumando un total de tres triunfos, todos ellos a bordo de un Chevrolet Corvette. El madrileño ha forjado parte de su leyenda como piloto en este trazado, y año tras año, es uno de los principales favoritos para llevarse la victoria junto a su compañero Jan Magnussen, con quien comparte sus tres éxitos.
Y es que la historia de este circuito ha deparado victorias de grandes nombres del deporte, como Dan Gurney, Olivier Gendebien, Jacky Ickx, Nino Vaccarella, Tom Kristensen o Juan Manuel Fangio. Caso curioso el de este último, pues su sobrino, Juan Manuel Fangio II, ganó dos veces la carrera, igualando las dos victorias de su tío. ¡Qué cosas tiene a veces el mundo de la competición!
Sebring acoge carreras desde el año 1950, y al principio era necesario cerrar las pistas del aeródromo, pues las actividades de uno y otro no podían realizarse de manera independiente. Es por esto, entre algunas otras razones, por las que durante todos estos años se han ido realizando modificaciones que han dado lugar al diseño actual. De los algo más de 5 Kilómetros del original, se pasaron a más de 8 dos años después. El actual tiene un total de 6,020 Kilómetros de longitud, lo que le confiere una de las distancias por vuelta más largas de los circuitos que acogen carreras de la FIA.
El sábado, y durante doce horas, los coches del campeonato IMSA cambiarán multitud de veces de superficie adherente. Del asfalto al hormigón y de nuevo al asfalto. En todos esos cambios, los fondos planos de los vehículos rozarán en muchas de esas ocasiones el suelo, lo cual es tenido muy en cuenta por lo equipos de cara a la fiabilidad. Un asunto que en otros circuitos no requiere excesiva atención, pero que en Sebring se convierte en algo primordial. Un desgaste excesivo de la tabla del fondo plano podría conllevar descalificaciones, lo cual no sería la primera vez que sucede. Por no hablar de los posibles fallos mecánicos derivados de esos golpes.
Pero un día antes, serán las bestias del WEC las que atronen Sebring, con una carrera que se celebrará como aperitivo, pero formará parte de la gran fiesta que este fin de semana se va a vivir en Florida. La gran fiesta de la resistencia. Algunos pilotos harán doblete compitiendo en ambas carreras, lo que supondrá sumar a las cerca de 8 horas de duración de las 1000 Millas, las 12 de la carrera principal. Además de tener que lidiar con coches diferentes, pues tendrán que cambiar de monturas para una y otra carrera. Y deberán hacerlo también durante el fin de semana para poder participar en entrenamientos libres y calificatorios. Una auténtica locura que sólo se explica por la pasión que mueve a todos los que buscan enfrentarse a uno de los circuitos más antiguos de Estados Unidos. ¡Viva el hormigón!