Tras una pequeña pausa, nuestra conversación con Carlos Checa siguió. Al llevarse a cabo a finales de noviembre, y a pesar de que nos encontrábamos en un evento del Campeonato del Mundo de Rallycross, el Dakar se encontraba a la vuelta de la esquina. Y con Carlos habiendo probado ya la mieles de la carrera más dura del mundo, era obligatorio preguntarle por su experiencia en ella.
Ahora que ha salido el tema del Dakar, probaste en esta prueba mítica. ¿Con qué te quedas: Dakar o rallycross?
Es que creo que son diferentes. El Dakar es mucha más aventura, tienes todo el tema de la navegación… Y aquí es totalmente diferente, porque es todo al sprint, con unos instantes muy intensos y unas subidas de adrenalina brutales. El Dakar, en cambio, es todo a más largo plazo, por decirlo de alguna manera. No tienes que ir a buscar la décima, ni mucho menos. Tienes que ir más conservador, saber navegar y a la vez ir lo suficientemente rápido. Mira, es que me quedo con las dos (se ríe otra vez).
Me gusta mucho la bici, también y con cualquier cosa me lo paso muy bien. Si realmente tengo que elegir… te diría el Dakar, pero por todo lo que hay alrededor: los meses de preparación, tantos días compitiendo, la aventura, etc. Pero también te digo: si el año que viene vuelvo a tener la oportunidad de estar en rallycross, volveré. Aunque sé que para competir bien aquí hay que hacer más carreras, entrenar más e ir un paso más allá.
Pero el rallycross no deja de ser una pista, un circuito, que es lo que he hecho toda la vida. Por eso quizás también me gusta tanto el Dakar: donde no sabes qué vendrá en la siguiente curva, tienes que ir con el navegante que te indica y todas esas orografías y terrenos diferentes. Es ese contraste tan bestia con lo que he hecho siempre lo que hace que me decida por el Dakar. Porque sigues compitiendo y exigiéndote, pero en un entorno y en unas condiciones muy diferentes.
No eres el primero que me responde eso. ¿Qué tiene el Dakar que enganche tanto?
Ostras pues no lo sé… A ver, yo ahora mismo me encuentro en un momento de ir a disfrutar de ciertas cosas. Cuando vas a por un resultado y se te exige mucho más, es diferente. Pero ahora en el momento de mi carrera en el que estoy, el Dakar me atrae. Quizás porque cuando era más pequeño lo seguía bastante… Realmente no lo sé.
Pero claro, ir con un coche saltando dunas, o ¡ir a Arabia Saudí! ¡Yo no habría ido a Arabia si no fuera por el Dakar! Conocer gente, ver esos sitios y competir sin esa exigencia o prisa que te pone un circuito. El Dakar es más de resistencia, por decirlo de alguna manera. O de “ir haciendo”, entre comillas porque se va muy rápido, no nos confundamos. Y los coches, que son muy rápidos, aunque van limitados, con esas ruedas que absorben de todo. ¡Como is fuera un tanque de combate!
Supongo que lo que engancha a todo el mundo es toda la aventura que conlleva. Competir contra uno mismo, contra las adversidades y vencerlas te hace sentir muy bien. Cuando “putada tras putada” te levantas y sigues, eso es especial. Eso te hace volver. Porque la carrera te pone en situaciones difíciles y tú tienes que vencerlas a la vez que compites contra otros pilotos. Además de todo lo que vives con tu copiloto, que necesitas que la relación sea muy cercana en algunos momentos. Hay un aspecto humano muy importante, con tu copiloto, contigo mismo… son muchas cosas las que hacen el Dakar especial.
Carlos, en motos has hecho de todo. Además, has probado en GT3, en Rallycross, en el Dakar… ¿Qué más quieres hacer?
Bueno, es que a mí me gusta hacer todo tipo de deporte. Cuando me suena el despertador por la mañana, tengo que hacer algo de deporte. Voy mucho en bici, voy mucho a hacer motor de trial, me saqué el título de avioneta y vuelo de vez en cuando… Y me siento muy afortunado de haber tenido la suerte de poder hacer siempre lo que me gusta. Y ahora, además estoy de comentarista en la tele, que lo disfruto mucho también.
Porque te da otra visión de eso que había hecho yo toda la vida desde dentro. Te ayuda a valorar todo lo que has hecho, y te abre los ojos sobre cosas que has vivido. Al final lo de la moto fue un poco una consecuencia de que yo estaba todo el día haciendo deporte y probando cosas nuevas. Y un día me subí a una moto, me encantó y tuve la suerte de que destaqué, pude competir y hacer lo que más me gustaba.
No sé si el Dakar me permitirá competir otra vez de forma algo más profesional en el futuro, pero bueno. De momento me gusta y lo vivo desde otra perspectiva. ¡Mira! Una cosa que no me gusta del Dakar: el tiempo que te quita. Porque no es solo irte el veintisiete de diciembre y competir. Hacer el Dakar comporta muchos días de preparación de viajes, de entrenamiento, de logística… Eso sí que me gustaría que fuera un poco más corto todo. Porque te quita mucho tiempo.
Apagamos la grabadora, a pesar de que seguimos charlando con Carlos. La conversación siguió por la via del Dakar, de las dunas, de lo difícil que es la carrera y poder participar en ella. Pocos días después de esta conversación, Carlos anunciaba su participación en la mítica prueba. Esta vez, con el equipo Astara, y con Laia Sanz y Oscar Fuertes en los otros coches de la estructura. A día de hoy, Carlos ha cuajado un Dakar increíble. Mostrando su velocidad y, sobre todo, sin cometer ningún fallo notorio, siendo el coche mejor clasificado de su equipo. Desde El Acelerador, queremos agradecer a Carlos su tiempo para llevar a cabo esta entrevista y le felicitamos por haber terminado por todo lo alto el Dakar 2023.