La apertura del reglamento técnico del campeonato RallyX Nordic en cuanto a permitir que vehículos eléctricos pudieran verse las caras dentro de la misma categoría con los de propulsores térmicos, abrió la veda para que el noruego Andreas Bakkerud se inscribiera en las dos rondas del certamen celebradas en el circuito de Höljes la pasada semana al volante de uno de los Ford Fiesta ERX que STARD desarrolló para el Projekt E.
La firma austríaca capitaneada por Manfred Stohl llevó la voz cantante el año pasado cuando hizo debutar esa unidad en la primera cita del que iba a ser el primer campeonato de rallycross eléctrico a nivel mundial. Sin embargo, la falta de participantes y el escaso interés de las marcas, fue suficiente para que la apuesta de IMG, antiguo promotor del Campeonato del Mundo de Rallycross, se quedara en una mera anécdota.
Si bien se llegaron a celebrar un par de rondas, condicionadas por la pandemia de COVID-19, el Projekt E no levantó el interés que sí está generando el RX2e, concebido para ser la segunda división internacional de rallycross con coches eléctricos. A pesar de ello, el certamen sí sirvió para poner la primera piedra de la electrificación definitiva de la disciplina, siendo Ken Block el piloto que se llevó la primera victoria en una carrera 100% eléctrica de Supercars de rallycross en un campeonato totalmente a baterías.
Ese Ford Fiesta eléctrico de STARD, afortunadamente, no fue dado de baja y despedazado para servir de recambios para otros coches. Todo lo contrario, este fin de semana ha vuelto a ponerse en marcha, ha sido cargado y ha vuelto a la competición bajo las órdenes de un Andreas Bakkerud que plantó cara al resto de sus rivales con coches térmicos, saliendo bien parado de la aventura. No ganó, pero demostró que el Fiesta ERX está al mismo nivel de prestaciones que sus compañeros de gasolina.
Bakkerud consiguió alcanzar la semifinal en la ronda celebrada entre semana, la primera de las dos en Höljes y que a su vez fue la tercera del campeonato, terminando cuarto pero sin poder pasar a la final. En la cita disputada el fin de semana, el noruego sí llegó a la final, luchando de tú a tú contra el resto de favoritos, tanto el ganador de ambas pruebas Niclas Grönholm como el tres veces Campeón del Mundo de Rallycross Johan Kristoffersson, ambos con mecánicas térmicas.
La convivencia entre coches eléctricos y de gasolina -o que funcionen con otros combustibles fósiles- no es nueva en el automovilismo. Se ha visto en campeonatos regionales en España, como fue en su día en el certamen de velocidad aragonés y la aventura de Play and Drive y Guillaume Meura con un Volkswagen Golf Mk.II al que sustituyeron su propulsor por uno eléctrico y le añadieron todo lo necesario para acoplar las baterías. Y también, en el Trofeo Andros.
El campeonato francés de carreras sobre hielo mantuvo durante unos años una reglamentación que permitía a los coches de gasolina enfrentarse en igualdad normativa a los nuevos modelos eléctricos. De hecho, era posible ver dos vehículos de la misma marca en las dos versiones durante la misma carrera. Finalmente, los organizadores tomaron la decisión de electrificar totalmente el certamen.
Lo cierto es que ver coches eléctricos y térmicos competir juntos es una solución muy buena en estos tiempos de cambios en los que las nuevas tecnologías en materia de propulsión están propagándose, tanto en la calle como en los circuitos. Teniendo en cuenta que el Campeonato del Mundo de Rallycross será 100% eléctrico a partir del año que viene, que el RallyX Nordic apueste por esta fórmula de convivencia puede suponer un aliciente y un atractivo para que los Supercars térmicos puedan seguir compitiendo en un certamen de primer nivel internacional.