La quinta ronda del Campeonato del Mundo de Resistencia volvió a poner en el orden habitual las cosas, tras unas 24 Horas de Le Mans en las que Ferrari dio la campanada con una trabajada victoria ante Toyota que tuvo como trasfondo los cambios a última hora en el sistema de compensación de prestaciones mediante lastres, el conocido como BoP (Balance of Performance) y que, aunque afectó a todos, la más perjudicada fue la marca japonesa, que vio como su dominio en las pruebas anteriores fue reducido a cero.

Sin embargo, Monza trajo un nuevo orden que restableció el poderío de Toyota en el WEC. Las 6 Horas de Monza fueron un espectáculo masivo de adelantamientos, batallas cuerpo a cuerpo y luchas estratégicas de alto nivel mientras los coches surcaban las largas rectas del “templo de la velocidad”. La pista italiana, abarrotada de aficionados, esperaba la ansiada victoria de Ferrari, pero fue Toyota quien devolvió el golpe en casa de los de Maranello.

El Toyota #7 completó una carrera para enmarcar, lejos de las situaciones complejas que le tocó vivir en La Sarthe y que acabaron con el abandono prematuro de Mike Conway, Kamui Kobayashi y José María López. En Monza, se impusieron a base de una buena táctica y un ritmo superior a Ferrari, sus principales rivales, pero también a la amplia armada de Porsche y a unos sorprendentes Peugeot que con la nueva decoración parece que han dado un importante paso adelante.

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Foto: Media FIA WEC.

Los cambios en el BoP y el desarrollo de los coches en las fábricas está dando un nuevo cariz al WEC que le aporta una cierta naturalidad en la evolución con respecto a lo visto durante los primeros compases de la temporada. El dominio de Toyota no es tal y, aunque siguen siendo los favoritos y el GR010 Hybrid sigue un pasito por delante del resto, es posible plantarles cara y buscarles las cosquillas. Ferrari lo ha hecho y Peugeot fue capaz de aprovechar las largas rectas de Monza para sacar todo el potencial del conjunto de baja carga aerodinámica emanada del fondo plano y el difusor del 9X8 para pelear con ellos en pista de tú a tú.

Bien es cierto que en una carrera de resistencia no todo es velocidad y rendimiento, también hay que saber aguantar los problemas de fiabilidad que pueden aparecer. Es ahí donde radica gran parte de la fortaleza de Toyota y donde los demás deben seguir trabajando. Los galos todavía acusan problemas en la caja de cambios que van repitiéndose de manera asidua y Porsche debe continuar trabajando para que tanto sus unidades oficiales como las privadas, en manos del Team Jota y de Proton Competition, abandonen los fallos que los han perseguido últimamente. Evidentemente, no es comparable la experiencia de los japoneses con la juventud de las unidades que han entrado esta temporada.

Por otra parte, fue la marca de Stuttgart la que llevó en Monza la voz cantante en cuanto a los LMDh. Cadillac, con la baza de un único coche, no fue capaz de plantar cara. La fortaleza que exhibieron al principio y que se materializó en Le Mans, se volatilizó en Monza con unos lastres que no les favorecieron y que generó la impresión de que la equiparación prestacional afecta más a los LMDh que a los LMH. Es seguro que el ACO y la FIA siguen trabajando de manera conjunta para hacer lo más justo posible para todos este sistema de convivencia reglamentaria.

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Foto: Media FIA WEC.

Un sistema que está permitiendo vivir una nueva era dorada de la resistencia, con cinco marcas oficiales -además de una Glickenhaus y una Vanwall que luchan por resistir en cada carrera- que esperan ya a las tres nuevas incorporaciones que veremos el próximo año, con BMW desembarcando en el WEC después de completar el estreno con los LMDh en el IMSA y los debuts de Lamborghini y Alpine con unos prototipos que están completando sus primeros pasos; a falta de conocer qué sucede con el proyecto de Isotta Fraschini, en avanzado estado de evolución.

El Campeonato del Mundo de Resistencia ha completado ya su periplo europeo y pone sus miras en las dos últimas pruebas del 2023, en Japón y Baréin. Las 6 Horas de Fuji y las 8 Horas de Baréín cerrarán la temporada en septiembre la primera y en noviembre la segunda, coronando a los campeones del WEC. Sébastien Buemi, Brendon Hartley y Rio Hirakawa mantienen el liderato y su misión será no perderlo en las dos pruebas que restan; la misma que Toyota con respecto a Ferrari en el apartado de marcas.

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Quienes ya no tienen que preocuparse por ello son los ya campeones en la categoría LMGTE Am, Nicky Catsburg, Nico Varrone y Ben Keating, que certificaron el título con un cuarto puesto en Monza. Tras vencer en las 1000 Millas de Sebring, en las 6 Horas de Portimao y en las 24 Horas de Le Mans, además del segundo puesto en las 6 Horas de Spa-Francorchamps, el trío al volante del Chevrolet Corvette C8.R logró la corona con dos carreras todavía por delante, un éxito de Corvette Racing y del equipo que ha mantenido y mantiene vivo esta temporada el espíritu del proyecto oficial de la marca americana en el Campeonato del Mundo de Resistencia. ¡Enhorabuena, Campeones!

Foto de portada: Media FIA WEC.