La temporada 2023 del Campeonato del Mundo de Resistencia está a punto de comenzar. Este pasado fin de semana, el trazado de Sebring acogió el Prologue, los test oficiales que marcan el inicio del curso en el WEC antes de disputar la primera carrera a modo de aperitivo para lo que hay por delante. Y lo que hay es el regreso de las marcas al mundial, la irrupción de los fabricantes y la explosión de resultados positivos de las normativas LMH y LMDh, provocando el fin de la “soledad” de Toyota en la categoría máxima y aterrizando las rivalidades forjadas en GTE Pro en Hypercar.

El WEC afrontó unos años complicados cuando Audi primero y Porsche después decidieron dar un paso atrás en su participación en el mundial. Las dos casas alemanas pusieron punto y final a sus programas deportivos, dejando a Toyota sola a partir de 2018. Por entonces, el Campeonato del Mundo de Resistencia asumió una nueva estrategia en la que realizar un curso distinto, similar al escolar, con el que las 24 Horas de Le Mans fueran siempre su gran final. Aunque la pandemia trastocó esos planes y les devolvió al curso natural de las temporadas en automovilismo, palió en cierta medida la atención mediática a la baja suscitada porque la marca japonesa fuera la única oficial en LMP1, la categoría máxima.

Ciertamente, Alpine y Glickenhaus los dos últimos años o los esfuerzos de Ginetta, Rebellion, ByKolles, DragonSpeed o SMP ayudaron enormemente y fueron importantes puntos de interés. Pero al final, en el balance general de cada temporada, Toyota ha sido la dueña y señora del WEC. Eso sí, con el permiso de los equipos privados en LMP2 y su férreas batallas, y de las marcas que sí estaban peleando a brazo partido en GTE Pro. Las rivalidades que durante años se forjaron en la primera categoría de GT tuvieron su punto álgido en aquellos compases finales de las 8 Horas de Baréin de 2021, en aquel incidente en el que Ferrari y Porsche se vieron involucrados y que decantó la balanza del título a favor de los italianos.

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Ese toque tuvo sus consecuencias deportivas, llegando a los despachos y poniendo en jaque a las diversas partes implicadas tras una gestión de los acontecimientos que fue aplaudida por unos y criticada por otros. En cualquier caso, la rivalidad creció todavía más en 2022, con AF Corse y Porsche Motorsport lidiando intensas batallas por el título, con una Corvette Racing que apostó de manera firme por el WEC, alineando un Chevrolet Corvette C8.R en todas las pruebas y una segunda unidad extra en Le Mans para plantar cara a ambas estructuras oficiales. Finalmente, Ferrari se llevó de nuevo los trofeos de campeones a Maranello, cerrando un capítulo y abriendo uno nuevo en Hypercar a partir de esta temporada.

Las dos marcas que se batieron en duelo en GTE Pro y que protagonizaron tales batallas, ascienden a la máxima categoría del WEC en 2023, sumando sus esfuerzos en Hypercar para pelear de tú a tú con una Toyota que ha estado todo este tiempo esperando impaciente a la llegada de nuevos rivales por la gloria máxima del Campeonato del Mundo de Resistencia. De esta manera, las rencillas generadas entre Ferrari y Porsche alcanzan un nuevo nivel. Esta vez, serán los 499P y 963, un LMH y un LMDh, los que se retarán para dirimir el desafío planteado en Hypercar. Toyota y su GR010 Hybrid, junto a Peugeot con el 9X8 y Cadillac con el V-Series.R se barajarán en esa lucha de la que nadie quiere salir escaldado.

De esta manera, la esencia de la alta competición que se vivió en la categoría superior de GT del WEC será heredada en Hypercar, dando como resultado el final de GTE Pro. Con el mayor interés suscitado para los fabricantes automotrices por las reglamentaciones LMH y LMDh, el Automobile Club de l’Ouest, en connivencia con la Federación Internacional de Automovilismo, tomaron esta decisión, convocando para esta temporada tres categorías en vez de cuatro: Hypercar, LMP2 y GTE Am. De la primera, sabemos claramente cómo está la situación, con la irrupción de las marcas y las apuestas para nada descartables de Glickenhaus y Vanwall, esta última como nuevo proyecto de ByKolles.

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Pero la atención en el WEC también la tendrán los igualados LMP2 y los GT que mantengan viva la llama de los Gran Turismo en el mundial de resistencia en la categoría GTE Am. La segunda división contará de nuevo con los equipos que han sujetado con firmeza al campeonato en estos años de impasse. Prema, WRT o Jota (con su doble programa en Hypercar y LMP2) se verán de nuevo las caras, además de una Alpine que baja de categoría tras pelear en 2021 y 2022 contra Toyota con un LMP1 recauchutado que muchos echarán de menos.

Todos estos coches contarán con los mejores pilotos de carreras que se unirán en la temporada más especial del WEC de los últimos años. Entre ellos, Miguel Molina defenderá el honor de Ferrari al volante del Ferrari 499P #50 oficial de AF Corse, compartiendo volante con Antonio Fuoco y Nicklas Nielsen. El catalán debutará en la categoría máxima del mundial tras ser el último ganador con los de Maranello en GTE Pro. Por su parte, Albert Costa será el otro compatriota que competirá en esta temporada tan especial, tomando los mandos del Oreca 07 #34 de Inter Europol Competition en LMP2, junto a Jakub Smiechowski y Fabio Scherer.

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Ambos estarán listos para competir este fin de semana en Sebring, donde ya está todo preparado para dar el pistoletazo del salida a un nuevo curso del Campeonato del Mundo de Resistencia, el que verá el centenario de las 24 Horas de Le Mans en junio. Por lo pronto, las 1000 Millas de Sebring se encargarán de poner las páginas sobre las que los pilotos, equipos y marcas escribirán el primer capítulo del libro de la temporada 2023 del WEC.

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