En 1987, Kärla, un pueblo de la isla estonia de Saaremaa, vio el nacimiento del piloto que pondría fin al dominio francés en el Campeonato del Mundo de Rally. Su nombre: Ott Tänak. 32 años después, ha logrado cortar de un plumazo las rachas ganadoras de campeonatos que inició Sébastien Loeb y continuó Sébastien Ogier. Y así, conseguir el primer título mundial en automovilismo para Estonia, cuna de grandes pilotos, tanto de rally como de circuitos.

El país, a orillas del Báltico, se está convirtiendo en los últimos años en una fábrica de talentos al volante que tienen a Tänak como su mayor exponente. La tradición automovilística, compartida como otras muchas cosas con la vecina Finlandia, hermana cultural de Estonia, ha estado siempre presente, pero la llegada de pilotos con muy buenas manos a las principales categorías está dando un nuevo impulso al automovilismo estonio a nivel internacional.

La figura del expiloto Markko Märtin estuvo presente en los primeros años de la vida deportiva en rallyes de Ott Tänak. Tras proclamarse Campeón de Estonia de Rally en 2008 y 2009, puso rumbo a las categorías teloneras del WRC, dentro de la estructura de Märtin. Su paso por el Pirelli Star Driver en 2010, un programa de la FIA para apoyar a jóvenes pilotos de rally, supuso su participación en varias pruebas del PWRC con un Mitsubishi Lancer Evolution X.

Ott Tänak pilotando el Mitsubishi Lancer Evolution X en 2010

Al año siguiente, la estructura de Markko Märtin le permitió participar en el SWRC, la categoría mundialista reservada para vehículos de la clase S2000. Logró tres victorias, en Cerdeña, Alemania y Alsacia, lo que le aupó hasta el subcampeonato de la categoría. Su buen hacer le abrió las puertas de M-Sport para la última cita del año, en Gran Bretaña. Las pistas de Gales vieron los primeros pasos de Ott Tänak en el WRC, al volante de un Ford Fiesta RS WRC, con neumáticos DMACK. La marca italiana buscaba entrar en el mundial, y el piloto estonio fue su puntal dentro de la estructura de Malcolm Wilson.

2012 fue su primer año completo en el mundial. M-Sport puso todos los medios disponibles para que consiguiera los mejores resultados. Tänak era un diamante en bruto y Wilson sabía como lo tenía que pulir. Logró su primera victoria de etapa en la SS14 del Rally de Suecia y su primer resultado grande fue el podio logrado en el Rally de Cerdeña. Pero la temporada fue un contínuo sube y baja. Terminó el año octavo con 52 puntos, y al año siguiente salió de M-Sport para regresar a Estonia.

La primera experiencia de Ott Tänak en el WRC fue en el Rally de Gales de la mano de M-Sport

Realizó un programa basado en el certamen nacional de rally, poniendo en marcha su propio equipo. Recordó la esencia de la competición y su experiencia en el WRC le sirvió para aprender y retomar con fuerza su camino hacia la cúspide del automovilismo. Fichó como piloto de DMACK y volvió a formar parte de M-Sport para 2014 en WRC2, la segunda división del mundial. Sus capacidades al volante del Ford Fiesta R5 le llevaron a firmar una buena temporada. En los dos años siguientes continuó con su apredizaje, luchando contra los mejores pilotos de rally del mundo. Fue entonces cuando Martin Järveoja se convirtió en su inseparable copiloto.

En 2017, con Sébastien Ogier de compañero de equipo en M-Sport, realizó su mejor campaña hasta la fecha, terminando tercero en la clasificación final del campeonato. Sumó dos victorias en Cerdeña y Alemania, y cinco podios más. Además de Thierry Neuville, fue el único piloto en poder plantar cara a Ogier, y pronto, una leyenda de los rally se fijó en él. Una leyenda que gestionaba los designios de un gran fabricante que acababa de hacer su regreso a la especialidad. Una leyenda que le daría la oportunidad de cambiar su destino y el del certamen.

Ott Tänak pilotando el Ford Fiesta WRC de M-Sport durante el Rally de Portugal de 2017

Tommi Mäkinen supo ver el potencial del Ott Tänak, como antes lo había visto Malcolm Wilson, y le ofreció la posibilidad de liderar el proyecto de Toyota en el Campeonato del Mundo de Rally. Junto a Jari-Matti Latvala y Esapekka Lappi, condujo el destino de la marca japonesa hasta conquistar el título en el campeonato de fabricantes. Sus tres victorias consecutivas en los rallyes de Finlandia, Alemania y Turquía le hicieron soñar con la posibilidad de coronarse, pero finalmente, Sébastien Ogier volvió a someter a sus rivales, un año más.

Tras tener que conformarse con el tercer escalón en la clasificación final, 2019 se presentó como el año en el que podía tener todas las cartas a favor para llevarse la partida. Su victoria en el Rally de Suecia sentó las bases. Tänak volaba por los tramos con su Toyota Yaris WRC, y aunque tanto Ogier como Neuville le plantaban cara allá donde el coche nipón no era tan fuerte, el estonio lideró la cruzada de Mäkinen y Toyota para coronarse Campeón del Mundo de Rally. Tras seis victorias, el Rally Catalunya sentenció una temporada que encumbró a Ott Tänak al olimpo del automovilismo.

Ott Tänak y Martin Järveoja camino de la victoria en el Rally de Gales de 2019, su última victoria hasta la fecha. © Red Bull Content Pool

Ott Tänak, un piloto que ha sido capaz de poner fin a un ciclo de quince años sin que un piloto que no fuera Sébastien Loeb o Sébastien Ogier ganara el título mundial de la especialidad. Un piloto que ha devuelto a Toyota a lo más alto. Un piloto que es la punta de lanza de la expansión internacional de los pilotos estonios. El año que viene cambiará de aires y recalará en Hyundai, una estructura que le dará la oportunidad de reverdecer laureles.

Foto de portada: © Red Bull Content Pool