Para llegar a lo más alto en el mundo del automovilismo hay que ir subiendo la escalera poco a poco. Midiendo cada paso, con los objetivos claros y con un trabajo constante. Y aún así, muy pocos llegarán a la cima. Desde los karts, donde la mayoría empiezan, hasta los grandes campeonatos de turismos, GT, prototipos y «formulas» hay un camino largo y difícil que sólo los más valientes lograrán recorrer. Hoy os vamos a hablar de dos categorías, consideradas en principio inferiores, pero que son parada obligada para muchos de esos pilotos que sueñan con recorrer el camino a la cima.
En monoplazas, y en el mundo del motor en general, la F1 es el premio. Pero es un sitio pequeño en el que no todos caben, los asientos están contados y los aspirantes son muy numerosos. Pero justo debajo de la categoría reina hay dos campeonatos en los que la competición es tanto, o más ajustada que en el gran circo. La Fórmula 2 y la Fórmula 3 prometen carreras muy reñidas y divertidas, con coches más rápidos de lo que pueda parecer a primera vista y con batallas que nos harán saltar del sillón.
La F2 es la antesala de la F1. Sus coches son muy rápidos: 610 cv provenientes de un V6 Turbo de 3400 cc de origen Mecachrome para tan solo 720 Kg de peso, montados sobre un chasis construido en Italia por Dallara. Aerodinámica depurada, peso reducido y motores potentes para unos monoplazas capaces de superar los 330 Km/h de velocidad punta. Si juntamos todos estos ingredientes obtenemos competición y espectáculo. El hecho de que los coches sean iguales, al menos sobre el papel, provoca que el piloto cobre todavía más importancia, y con pilotos con tanta hambre, cada posición, centésima o metro es una batalla trepidante. Con dos carreras en cada cita del campeonato es un buena dosis de motor, iluminada por los fogonazos de sus escapes en las frenadas.
Un paso por debajo está la FIA F3. Hace unos días estuvimos en los test oficiales de la categoría, y esos coches no dejan indiferente. Uno podría pensar que son los terceros, que son lentos, aburridos y sin ningún interés. Y se equivocaría. Os contábamos en nuestra crónica que su V6 atmosférico de 3400 cc recuerda, con su estridente sonido, a otros tiempos ya pasados del automovilismo. Pilotos jóvenes y hambrientos sobre monoplazas de 380 cv y con una carga aerodinámica inferior a la de sus hermanos mayores, para batallas por encima de 200 km/h a pocos centímetros de distancia entre ellos. Si eso no son carreras, que baje Dios y lo vea. Competición pura
El campeonato de F2 contará con un total de 12 citas, empezando por Sakhir, en Baréin y con la última cita en Abu Dhabi junto con la F1 a finales de Noviembre. Durante la temporada pasará por circuitos de primera categoría como el de Mónaco, Catalunya y Spa-Francorchamps, todos con un pedigrí acorde al de la categoría immediatamente inferior a la reina. Con un programa de dos carreras en cada una de estas citas, los pilotos disputarán hasta 24 carreras puntuables para el campeonato. En el caso de la F3 serán ocho citas y, por tanto 16 carreras, las que decidirán el campeón de la categoría. Compartirá algunas de las citas europeas con sus hermanas mayores pero no se alejará del viejo continente.
Ambas actúan como teloneras del Gran circo en varias de sus citas, la mayoría en Europa, y son las encargadas de que el público ruja en las gradas pocas horas antes de que salgan a la pista los F1. Sus pilotos persiguen ese gran sueño, pero ambas categorías son una buena parada en el camino. Compiten antes, no salen en la tele y no se habla tanto de ellas en los medios. Pero no son solo el calentamiento, son categorías con las que el aficionado disfrutará. Y las carreras también tratan de eso.