Tras un día soleado el sábado, el domingo amanecía con un sol algo borroso. Difuminado por las primeras nubes que amenazaban con esa lluvia que todo el mundo temía para este fin de semana. Un ligero viento, una mañana más fresca y los primeros neumáticos de agua asomando de las furgonetas y camiones de los equipos mientras estos se preparaban. Los espectadores que se acercaban al tramo desfilaban con chaquetas y paraguas para lo que pudiera llegar durante la segunda jornada de carreras en esta IX Pujada a Alp 2500.

Antes de empezar, las fotos de rigor de todos los grupos de comisarios, organizadores y voluntarios que hacen posible este tipo de eventos, a los que hay que dedicar un agradecimiento por todo el trabajo hecho. Una vez hechas, todos a sus puestos: «base a controles: todo el mundo preparado, empezamos». Los primeros en salir al, todavía frío, asfalto eran los pilotos del Campeonato de España de Montaña (CEM), prioritarios en la primera sesión de práctica de la mañana. El público, más numeroso en la jornada dominical, disfrutaba de algunas cruzadas en las curvas fruto de un firme frío y de unos pilotos buscando donde apurar un poco más para ganar tiempo en las dos carreras del día.

Pocos problemas en la sesión de práctica y menos sorpresas en la clasificación, que terminaba siguiendo la tónica de ayer. El tiempo aguantaba de momento, y pocos minutos después de las 11:30 de la mañana empezaba la segunda carrera del fin de semana, puntuable para el CEM y el CCM. Las posiciones seguían estables aunque la pelea era feroz. Los participantes apuraban todavía más por si llovía en la siguiente sesión y eso les impedía mejorar el tiempo en la tercera carrera. Javi Villa se quedaba a solo tres décimas de su propio récord de la edición anterior y los tiempos mejoraban notablemente en todas las categorías. Parecía que la meteorología sería la encargada de decidir el resultado de la tercera carrera.

Los participantes iban subiendo el ritmo por la mañana por miedo a que la lluvia les penalizara al final de la jornada. © Sergi Merino Navarro (elacelerador.com)

La tercera carrera empezaba con todo el mundo mirando al cielo en busca de esas gotas que alguien aseguraba haber notado ya en su piel. Prisas en la salida para coger turno antes de que llegara la lluvia. Pasados unos coches, lluvia en los parabrisas. Algunos pilotos aflojaban en medio del tramo y los equipos por salir miraban por el rabillo del ojo los compuestos de agua, mientras los coches más rápidos respiraban aliviados por haber pasado antes que el agua. Al final, mucho ruido y pocas nueces, los de seco seguían siendo los neumáticos escogidos y la prueba transcurría sin grandes consecuencias por la lluvia.

Los tiempos estaban marcados, sumados y las posiciones definidas teniendo en cuenta los tiempos de las dos mejores tandas de cada piloto. En el CEM, la Categoría I era dominada por Javier Villa, con un tiempo total en de 5:42.029, le seguían Toni Ariete con un tiempo de 6:13.601 y por detrás Christian Erik Broberg, a poco más de 2 segundos del segundo clasificado. En la categoría II, Arkaitz Ordoki se llevaba el gato al agua con un tiempo de 6:14.196, Domingo Estrada se quedaba a 2.547 segundos y Edgar Montellá a más de 6 segundos del líder. La Categoría III era para Jose Antonio López-Fombona que paraba los cronos en 6:24.657, Gerard De La Casa se quedaba a más de 11 segundos del líder y por detrás le seguía de cerca Enrique Perelló, a 2.5 segundos. En el «Campionat de Catalunya de Muntanya» (CCM) el podio «scratch» lo formaban Ramón Plaus, Edgar Montellá y Francesc Munne, que eran los más rápidos de entre los 38 inscritos en el campeonato catalán.

Javi Villa volvía ser el más rápido del fin de semana y se quedaba a 3 décimas de su propio récord. © Sergi Merino Navarro (elacelerador.com)

El fin de semana de la Pujada a Alp llegaba a su fin, las carpas de los equipos se iban guardando en los camiones y los habituales de este campeonato se despedían amigablemente a la espera de la siguiente prueba en la que coincidir. Campeonato pequeño, pasión enorme. Las «ganas de más» parecían una sensación generalizada entre el público, los niños preguntaban a sus padres si podrían volver en la siguiente ocasión, a lo que muchos de ellos respondían con una sutil sonrisa: «seguro que si».

 

Agradecimiento especial a Oscar Merino por la información en diferido desde otras partes del tramo.

 

Foto de portada: © Sergi Merino Navarro (elacelerador.com)