Motorland Aragón, Alcañiz (Teruel). | Las grandes carreras de turismos regresaron a Alcañiz y al Bajo Aragón como en los mejores tiempos vividos en el legendario Circuito Guadalope. La Copa del Mundo de Turismos regresó un año más a Motorland Aragón, esta vez de manera especial, con el piloto de casa Mikel Azcona encabezando la clasificación general. Llegar líder fue importante pero más aún el hecho de reforzar su posición con una nueva victoria en la segunda carrera. Gilles Magnus se llevó el triunfo en la primera.
El inicio de la actividad comenzó el sábado con los entrenamientos libres en los que se empezaron a ver las primeras pistas de por donde iban a ir los tiros durante el fin de semana. El rendimiento de los Audi se antojó por encima del mostrado en el inicio de temporada por Hyundai y Honda, principalmente, y también Lynk & Co entrando en las quinielas. Pero lo importante llegó durante la tarde, con la sesión de calificación.
En ella, se confirmaron las sospechas, con Gilles Magnus encabezando la tabla con el mejor tiempo de vuelta para quedarse con la Pole Position. El belga lideró, junto a su compañero de equipo Nathanaël Berthon, el doblete en la parrilla de la primera carrera para la estructura Comtoyou. Yann Ehrlacher se hizo con la tercera plaza para Cyan Racing, mientras que los Hyundai de Mikel Azcona y Norbert Michelisz quedaron retrasados en octava y novena plaza. Por su parte, los Honda sufrieron como se esperaba en un trazado que no se adapta para nada a sus características, siendo tanto la estructura Münnich Motorsport con Néstor Girolami y Esteban Guerrieri como el conjunto Engstler con Tiago Monteiro y Attila Tassi quienes lo sufrieron en sus propias carnes.
Gilles Magnus camino de la victoria en Alcañiz. Foto: Media Motorland Aragón / Chemi Espallargas.
La primera carrera estuvo repleta de acción y luchas constantes en el sube y baja continuo que es Motorland Aragón. Magnus comandó la carrera desde la arrancada, barajándose el pelotón en los metros siguientes. Con los Audi y el Cupra de Robert Huff marcando el ritmo por delante, Azcona y Michelisz fueron escalando posiciones aprovechando el bajón prestacional de los Lynk & Co. El navarro y el húngaro fueron pasando coches hasta encontrarse justo detrás de los pilotos de cabeza.
Por detrás, el sufrimiento de los Honda fue latente, siendo los Hyundai los que lograron reponerse. La remontada de Azcona y Michelisz tuvo sus frutos, alcanzando la cuarta y quinta posición final. Con Huff presionando, Gilles Magnus consiguió sujetar la posición para cruzar la línea de meta en primera posición. Robert Huff fue segundo y Nathanaël Berthon completó el podio.
Mikel Azcona volando sobre el asfalto de Motorland Aragón. Foto: Media WTCR.
La inversión de parrilla barajó las posiciones de cara a la segunda carrera, dando nuevas oportunidades a los pilotos que no cuajaron un gran resultado en la calificación. Con Mikel Azcona en tercera posición de salida, el navarro se lanzó al ataque desde el comienzo. Se defendió de Robert Huff y en cuanto Dániel Nagy pasó a Ma Qinghua, el navarro aprovechó para meter el Hyundai por delante del Lynk & Co del chino.
Seguidamente, la presión pasó a estar sobre el Cupra de Nagy, del cual Azcona se deshizo sin contemplaciones para liderar la carrera delante de la enfervorizada afición que le aplaudió con ganas ante su bravura. Nagy dejó pasar a su compañero de equipo Huff, que presionó al español, aunque sin éxito. Mikel Azcona se llevó la victoria en casa para aumentar su ventaja al frente de la Copa del Mundo de Turismos. Robert Huff repitió en la segunda plaza y Santi Urrutia superó a Nagy para conquistar el tercer puesto.
Azcona defendiéndose de Huff al frente de la carrera. Foto: Media Motorland Aragón / Carlos Casimiro.
Con el triunfo por todo lo alto de Azcona, la alegría se desbordó bajo el podio. Su victoria le refuerza como principal candidato al título, al que se acerca de manera firme. El próximo fin de semana tendrá una nueva oportunidad de continuar caminando con paso decidido hacia su gran objetivo en Portugal. El circuito urbano de Vila Real acogerá a los guerreros de la Copa del Mundo de Turismos para una nueva fiesta de motor del WTCR.
Foto de portada: Foto: Media Motorland Aragón / Chemi Espallargas.
La historia del automovilismo está plagada de historias cruzadas que muchas veces parecen evidentes a más no poder. Pero, también, de otras que necesitan un pequeño detalle para que todo encaje, una llave que abra la puerta del camino que une cada uno de los puntos. Aunque el rallycross es una disciplina relativamente joven, su avance en los últimos años ha sido escandaloso, generando gran parte de su historia. El pasado fin de semana, dos eventos, en dos lugares dispersos del mundo, se dieron la mano a través de esa historia.
El vínculo entre el estreno de la temporada del Nitro Rallycross en Lydden Hill y la andorrana Pujada Arinsal no es para nada evidente. Una prueba de RX y una subida de montaña, ¿qué pueden tener en común? A priori, nada. Sin embargo, la casualidad o un programa de carreras bastante extenso generaron una situación en la que ambos eventos se llevaron a cabo con unos cuantos actores implicados comunes. Lo mejor será que vayamos por partes.
Robin Larsson estrena el FC1-X con victoria en Lydden Hill
El Nitro Rallycross, certamen internacional que aspira a revolucionar el concepto mismo de la disciplina y rivalizar con el mismísimo Campeonato del Mundo, estrenó por todo lo alto su segunda temporada en el legendario Lydden Hill, circuito en el que la modalidad nació en 1967. Como gran novedad, pusieron en pista por primera vez en competición al impresionante FC1-X, un SUV eléctrico de competición que ha sido desarrollado por una sociedad conjunta entre el preparador sueco Olsbergs MSE y el fabricante español de electromovilidad QEV Technologies.
El FC1-X es el coche de rallycross de mayores prestaciones jamás construido. Como dato, cabe destacar que cuenta con el equivalente en kW de 1000 CV de potencia, lo cual es una auténica salvajada que le permite tener una aceleración que supera por mucho a la de los monoplazas de Fórmula 1 y, por descontado, a la de los actuales RX1 del Campeonato de Europa de Rallycross y que hasta el año pasado compitieron en el mundial.
Los FC1-X posando en la recta de meta del Circuit de Barcelona-Catalunya durante los test de pretemporada. Foto: Media Nitro Rallycross.
En el plano deportivo, en Lydden Hill se dieron cita varias caras conocidas, destacando un Robin Larsson que no dio opción y se llevó la victoria, formalizando junto a su compañero, el héroe de la afición Andreas Bakkerud, el doblete para el equipo RX Cartel. Niclas Grönholm, sustituto de lujo de Kevin Eriksson, fue tercero, completando un podio de ensueño para la puesta de largo del bestial FC1-X. Oliver Eriksson, Fraser McConnell, Kris Meeke, Ole Christian Veiby u Oliver Bennett fueron otros de los pilotos conocidos que probaron en sus propias carnes las prestaciones de esta máquina de carreras tan increíble; así como Travis Pastrana, impulsor y cara pública de las series.
Además, algunos RX1 (Supercar), los RX2 (Nitro NEXT) desarrollados por Olsbergs MSE y unos cuantos carcross completaron el programa en el trazado británico. Volviendo a la cuestión inicial, lo importante de todo esto es que nos quedemos con la presencia de los RX2 de Olsbergs MSE, unos coches que están total y absolutamente emparentados con el FC1-X. Pero, especialmente, con dos monturas que estaban compitiendo al mismo tiempo a aproximadamente 1000 Kilómetros al sur en línea recta de allí.
El Ford Fiesta WRX de Gerard de la Casa y el QEV RX2e de Àlex Bercianos protagonizan la Pujada Arinsal
En Andorra existe una gran tradición automovilística que se ha desarrollado a lo largo de la pequeña pero desafiante red vial del país pirenaico. A las aclamadas G Series, que cada invierno deleitan con emoción y pasión a los aficionados con el espectáculo de las carreras sobre hielo, se suman pruebas de gran envergadura como el Rally de Andorra o la Pujada Arinsal, subida de montaña que forma parte del certamen francés de la especialidad. En la presente edición, disputada este mismo fin de semana, Raül Ferré se llevó la victoria en su categoría, un piloto que esta temporada debutará en rallycross, concretamente en el Campeonato de RX2e, antesala del mundial.
Pero, lo más destacado y que tiene relación directa con los protagonistas del Nitro Rallycross en Lydden Hill fue la presencia del Ford Fiesta WRX de Gerard de la Casa y del QEV RX2e pilotado por Àlex Bercianos. Ambas monturas guardan un interesante parentesco, siendo el modelo de de la Casa el abuelo del manejado por Bercianos. Pero, es que, de igual manera, cualquiera de los RX2 de Olsbergs MSE forma el escalón intermedio entre estos dos y el FC1-X sería el hijo, nieto o bisnieto, ambos presentes en Lydden Hill.
El QEV RX2e pilotado por Àlex Bercianos en la Pujada Arinsal. Foto: JAS Info Service / Josep María Montaner.
Es decir, el Ford Fiesta WRX que pilotó Gerard de la Casa en la Pujada Arinsal y que es un coche original de rallycross que se ha modificado para ser excelente en pruebas de montaña es la base sobre la que Olsbergs MSE trabajó para el desarrollo de los por entonces conocidos como Supercar Lites. En aquellos años, hablamos de los inicios del Campeonato del Mundo de Rallycross, el preparador sueco ya venía de trabajar durante años con mecánicas Ford para adaptarlas al reglamento técnico del certamen europeo primero y del mundial después.
La necesidad de crear un coche específico para la segunda división del World RX, llevó a Olsbergs MSE a desarrollar el OMSE RX2 (Supercar Lites), que no deja de ser un Ford Fiesta WRX modificado para tener menores prestaciones (y algunos otros cambios que poco a poco se fueron implementando). Cuando la electrificación de la categoría llegó, la firma de ingeniería española QEV Technologies entró en escena para trabajar en la concreción de su variante a baterías.
Un OMSE RX2 en acción hace unos años en el Circuit de Barcelona-Catalunya. Foto: Wikimedia Commons.
Del OMSE RX2, hijo del Ford Fiesta WRX, salió el QEV RX2e (aunque algunos lo denominen OMSE QEV RX2e, poco o nada del modelo original sueco queda en la aún novedosa máquina española). Este coche pasó a ocupar desde el año pasado el segundo escalón del World RX, la RX2 que se transformó en la RX2e, tomando su papel y continuando con un proceso de desarrollo y de expansión en el que va postulándose como candidato en otras series, como en las mismísimas G Series a partir de 2023 o incluso en carreras de montaña como la Pujada Arinsal, decorado con los colores de Zeorid, la nueva marca de coches de QEV Technologies.
Por ahora, tenemos la relación entre tres de los cuatro coches: Ford Fiesta WRX (Pujada Arinsal), OMSE RX2 (Nitro RX Lydden Hill) y QEV RX2e (Pujada Arinsal). ¿Y el FC1-X? Este monstruo de las carreras, como se sabe, es un coche desarrollado de manera conjunta entre Olsbergs MSE y QEV Technologies. Su concreción parte de la premisa de crear el mejor, más prestacional y más espectacular coche de rallycross de la historia, que además tiene que ser eléctrico. Como todos sabemos, las reglas que imperan en el automovilismo europeo no siempre son obedecidas en el automovilismo estadounidense y el certamen Nitro RX no deja de ser un campeonato con base en el país americano y que se rige por sus propias normas.
El Ford Fiesta WRX de Gerard de la Casa en acción en la Pujada Arinsal. El origen de la estirpe. Foto: JAS Info Service / Josep María Montaner.
Con todos estos ingredientes y la experiencia del preparador sueco y la empresa española, nace este FC1-X, bisnieto del Ford Fiesta WRX, nieto del OMSE RX2 e hijo ultra evolucionado del QEV RX2e. Como vemos, toda una saga de coches de rallycross que se ha venido desarrollando desde hace muchos años y que, de manera simultánea, sus protagonistas han estado compitiendo durante el mismo fin de semana a muchos kilómetros de distancia. Y, además, demostrando que pueden ser igualmente rápidos en carreras de RX como en competiciones tan dispares de su cometido original como una subida de montaña. Un linaje que se preserva en el FC1-X, una maravilla tecnológica que ha sido el epicentro del espectáculo en Lydden Hill. ¿Qué será lo próximo?
Algo especial tienen las 24 Horas de Le Mans cuando diferentes personajes ajenos a la competición han sentido el deseo de competir en ellas. La madre de todas las carreras es una prueba que desde el principio ha atraído la atención de profesionales de otras áreas. Ámbitos tan alejados del automovilismo como el arte y la cultura. En estos términos nos encontramos con gente curiosa, gente cuya pasión siempre fueron los coches y las carreras. Gente como Nick Mason, el batería de Pink Floyd.
Nicholas Berkeley Mason es conocido por llevar el ritmo en la banda británica de rock sinfónico y psicodélico. Junto a Pink Floyd, sacó a la luz auténticas obras de arte musical como The Dark Side of The Moon, Wish You Were Here, Animals o The Wall, además de un sinfín de canciones que componen el extenso repertorio de uno de los grupos más famosos del mundo. Pero, además de la música, Mason ha tenido desde muy joven otra gran pasión. El automovilismo le llegó a los más profundo a través de su padre, un apasionado documentalista que en su momento grabó algunas piezas de enorme riqueza histórica.
Bill Mason se dedicó, como parte fundamental de su carrera cultura, a producir reportajes videográficos acerca de las carreras de coches. Especialmente, sobre la historia del automovilismo deportivo, punto en el que sacó a la luz un documental sobre las 24 Horas de Le Mans. Fue quizás por ello por lo que el joven Nick comenzó a tener una perspectiva más que interesante sobre la competición y las gestas que han escrito con letras de oro su historia.
Bill Mason rodando un reportaje sobre la Mille Miglia.
Aunque la música y la batería ha sido siempre esa gran pasión a la que ha volcado todas sus energías, triunfando en el panorama junto a Pink Floyd y también como miembro de otras bandas de menor solera; es el automovilismo la que tomó las riendas en su día. Para Nick Mason, las carreras se convirtieron en algo sustancial de su ser y las 24 Horas de Le Mans en algo más que un reto, una carrera en la que tenía que competir y hacerlo bien. Trabajó muy duro y finalmente lo consiguió en 1979.
Al volante de un chasis Lola T297 equipado con un motor Cosworth, Nick Mason debutó en las 24 Horas de Le Mans, compartiendo el volante con Brian Joscelyne, Richard Jenvey y Tony Birchenhough dentro de la estructura Dorset Racing Associates. De esta manera, formaron un equipo enteramente británico que logró completar 260 vueltas al trazado de La Sarthe para alcanzar la décimo octava posición final. A su vez, consiguieron la segunda plaza dentro de la categoría S2.0, lo que dio alas al componente de Pink Floyd para continuar rodando en Le Mans a ritmo de rock sinfónico, a pesar de las complicadas condiciones de lluvia que tuvieron que afrontar.
Repitió aventura y equipo al año siguiente, subiéndose al Lola T297 junto al también británico Peter Clarke y al irlandés Martin Birrane. En esta ocasión, aunque consiguieron sumar tres vueltas más, terminaron en vigésimo segunda posición, terceros en la clase S2.0, lo cual volvía a considerarse un éxito, teniendo en cuenta la experiencia de Mason y la dureza de la prueba. Esto contribuyó todavía más a que su pasión por la mítica carrera francesa aumentara, a la par que su garaje sumaba importantes piezas de colección, algunas famosas en Le Mans y en otras pruebas de gran envergadura en la historia del automovilismo.
Nick Mason al volante del Porsche 956 en las 24 Horas de Le Mans de 1984. Foto: Archivo de las 24 Horas de Le Mans.
Repitió en La Sarthe tres veces más, en 1982, 1983 y 1984, pilotando un BMW M1 dentro de la clase IMSA GTX el primer año y estrenándose al siguiente al volante de los espectaculares y competidos Grupo C de la mano de Dome. El fabricante japonés confió una de sus unidades RC82 a Nick Mason, Eliseo Salazar y Chris Craft, retirándose de la carrera tras completar apenas 75 vueltas. Al músico británico no le fue mucho mejor en el ’84, cuando su Porsche 956, compartido con Richard Lloyd y René Metge, fue descalificado.
Tras estas cinco aventuras en “la madre de todas las carreras”, Nick Mason continuó involucrado en actividades del mundo del motor, coleccionando importantes coches de competición pero sin volver a disputar las 24 Horas de Le Mans. En este tiempo, su pasión por el automovilismo ha quedado patente, llegando a aparecer en famosos programas de televisión como Top Gear o The Grand Tour. La competición ya le ha quedado algo lejos, pero su pasión por los coches continúa sonando al ritmo de las míticas canciones de Pink Floyd. En el fondo, cada una de sus participaciones en Le Mans suena a Pink Floyd, a Shine on Your crazy Diamond, One of these Days o Comfortably Numb.
Hay circuitos de carreras que son historia de la competición, que han albergado en su largo camino numerosas pruebas que han ido forjando su propia personalidad. Trazados plagados de recuerdos, buenos y malos, que forman parte de la esencia del automovilismo. A veces, los calendarios son caprichosos y acuerdan que varios de ellos celebren sus competiciones más importantes el mismo fin de semana. Es el caso de Nürburgring, Mónaco e Indianápolis.
Para bien o para mal, las 24 Horas de Nürburgring, el Gran Premio de Mónaco y las 500 Millas de Indianápolis tienen lugar este mismo fin de semana. Tres de las carreras más importantes del mundo y que son, a su vez, las de mayor rango en sus respectivas pistas. Forman de esta manera un fin de semana mágico en el automovilismo, que con la retransmisión actual de carreras a través de diferentes plataformas permite a los aficionados verlas sin problema allá donde estén.
Nürburgring mantiene intacta la esencia de su largo y longevo circuito a través de las montañas del Eifel alemán gracias a su carrera de un día de duración. 24 horas en las que los pilotos disfrutan y sufren del trazado completo de las instalaciones germanas, dándole vida un año más al legendario Nordschleife. Los mejores pilotos del mundo de GT y las máquinas más prestacionales tienen su cita obligada para batirse en duelo a través de los bosques y sobre los ya no tan eternos graffitis.
Batalla en Nürburgring durante las 24 Horas.
El reasfaltado general que ha experimentado el Nordschleife se ha llevado por delante una parte de la historia de la pista. Es cierto que prima la seguridad y competir en este trazado plagado de trampas es una bendita locura en la que, al menos, hay que buscar cualquier resquicio para que el posible accidente sea lo menos costoso posible. Las pintadas, dibujos y palabras que surcaban su negro alquitrán daban una nota de color diferente, tanto al ver los veloces GT3 pasar como cuando los TCR destilaban toda su potencia al sprint.
El WTCR regresa de nuevo a un circuito que se ha convertido en paso obligado desde que hace ya que unas cuantas temporadas atrás se estrenaran rodando por el Nordschleife. Por aquel entonces, a casi todo el mundo le pareció una salvajada que se les podía ir de las manos, pero el tiempo ha dado la razón a la organización y lo cierto es que ver a los TCR rodando por estas curvas míticas del automovilismo es un sencillo espectáculo.
Tanto como lo es ver a los Fórmula 1 rozar los guardarraíles de Mónaco. Los monoplazas ya no visitan el Nordschleife, hace años que su huella quedó restringida al GP-Strecke de Nürburgring. En aquel 1984 en el que la F1 volvió al Infierno Verde, se llevó a cabo una carrera con diferentes pilotos de varias épocas del automovilismo en la que triunfó un joven Ayrton Senna al volante de un Mercedes 190E. Fue la manera de celebrar el regreso a Nürburgring, aunque en una versión mucho más corta y mucho más segura, a la vez que la marca de Stuttgart daba uno de sus pasos hacia el retorno a la competición. El ciclo había cambiado, pero la personalidad del circuito urbano monegasco seguía intacto.
Mónaco ha experimentado cambios, pero sigue manteniendo intacta su esencia ligada a la Fórmula 1.
Ni la seguridad ni absolutamente nada iban a poder con el placer de ver cómo los mejores pilotos del mundo subidos en las máquinas más avanzadas tecnológicamente se batían el cobre entre muros. El Gran Premio de Mónaco es una joya del automovilismo que es clave preservar, más aún cuando aparecen otros actores de indudable atractivo que pugnan por su puesto. Nadie ha conseguido igualar ese espectáculo, que debe mantenerse para siempre como un valor de incalculable valor que hace de las carreras de coches algo todavía más impresionante.
Los muros son una característica que, unido a la estrechez de las calles de Mónaco, le dan a su Gran Premio ese toque distintivo. Ayrton Senna pudo comenzar su leyenda ganando aquella carrera promocional en Nürburgring, pero fue en las avenidas, túnel, cruces de calles y plazas del pequeño país mediterráneo donde la forjó a fuego, ganando carreras con una soltura que para otros pilotos de la misma parrilla era una auténtica quimera. El brasileño tomó el testigo de aquel al que conocieron como Mister Monaco: Graham Hill.
El británico hizo del Gran Premio de Mónaco su cortijo particular, amasando victorias cuando otros no podían esquivar las trampas del trazado. Tres victorias de cinco fueron consecutivas, deteniendo esa suma de triunfos el año en el que cruzó el charco para irse a ganar la otra gran carrera que nos falta, las legendarias 500 Millas de Indianápolis, la decana de todas ellas. La gran prueba americana en la que Hill alcanzó la gloria en su camino hacia la Triple Corona.
El circuito de Indianápolis ha cambiado mucho en todos estos años, más de cien con los que contar gran parte de la historia del automovilismo. No ha variado su diseño pero sí su estructura general. La pista de tierra fue adoquinada y se le añadieron peraltes a las curvas para que los coches pudieran pasar más rápido e incrementar así la seguridad. Posteriormente, el asfalto se erigió como la mejor solución, sustituyendo a los ladrillos que todavía hoy quedan en la línea de meta preservando la esencia de lo que una vez fue.
Velocidad, batallas cuerpo a cuerpo y adrenalina definen a las 500 Millas de Indianápolis, sobretodo vistas a ras de muro.
De ello saben mucho en Indianápolis, una historia sobre la que se asienta el misticismo de una carrera que cada año genera una atención mediática tan bestial que da la vuelta al globo. Numerosos aficionados se juntan para vivir el espectáculo de los monoplazas estadounidenses superar de manera constante durante más de dos horas y media la barrera de los 300 Km/h entre muros de hormigón. Vueltas y vueltas en las que la velocidad se conjuga con las batallas cuerpo a cuerpo para generar cantidades ingentes de adrenalina a cada vuelta.
No se podría comprender el automovilismo sin la existencia de las 500 Millas de Indianápolis, pero tampoco sin el Gran Premio de Mónaco y las 24 Horas de Nürburgring. Cada una en su parcela y disciplina hacen de las carreras de coches un valor que impregna cada poro de la sociedad, mucho más de lo que a simple vista parece. Una riqueza que debemos conservar y con la que seguimos disfrutando cada fin de semana mágico en el mes de mayo.
La gran fiesta del Campeonato de Europa de Rallycross arrancó con fuerza este fin de semana en Nyirád. La pista acogió el Rallycross de Hungría, primera cita de la temporada en la que los RX1 y RX3 del Euro RX hicieron emocionarse a los múltiples aficionados del centro del continente que asistieron a la puesta de largo del certamen y al primer examen al nuevo formato de competición con el que se espera aumentar las dosis de espectáculo. Anton Marklund en Euro RX1 y Kobe Pauwels en Euro RX3 fueron los pilotos que estrenaron el escalón más alto del podio de este 2022.
Marklund domina con autoridad entre los RX1
La categoría reina del europeo de rallycross vivió dos jornadas de competición en tierras húngaras en las que las batallas cuerpo a cuerpo hicieron revivir la magia de la disciplina que durante muchos años hizo de Nyirád un circuito de obligada visita cada año. Los desniveles del trazado y la intercalación de zonas rápidas y lentas propició muchas batallas y emoción a raudales en cada una de las carreras. El nuevo formato de competición, con el sorteo inicial para la Heat 1 y el estreno de la Progression Race funcionó a la perfección, siendo Anton Marklund quien mejor se adaptó.
El sueco, al volante del Hyundai i20 de SET Promotion, se llevó al bolsillo las tres mangas de calificación, ganando a su vez su serie en la Progression Race para quedarse con la Pole Position de cara a las semifinales. En ellas, no tuvo rival en la Semifinal 1, ganando la carrera y pasando a la Final junto a Sivert Svardal, con Patrick O’Donovan haciendo de las suyas para no dejar títere con cabeza. El joven debutante en la categoría golpeó a sus rivales, falto de ritmo y carente de manos, táctica que no le funcionó para pasar de ronda. Por su parte, Enzo Ide sí lo consiguió, ganando la Semifinal 2; de igual manera que Janis Baumanis, imponiéndose en la Semifinal 3. Ulrik Linnemann completó el quintento de aspirantes a la gloria en Nyirád.
Anton Marklund, dominador en RX1, por delante de Janis Baumanis en Nyirád. Foto: World RX / Red Bull Content Pool.
En la Final, Marklund se hizo fuerte desde los primeros metros, dejando que la pelea se centrara por la segunda posición entre Enzo Ide y un Janis Baumanis que no tuvo una buena salida, luchando a capa y espada con Ulrik Linnemann y Sivert Svardal. Sin embargo, en la vorágine de la batalla, tanto Svardal como Baumanis se vieron apeados con sendos problemas derivados de ese fragor, quedando el asunto en manos de Ide y Linnemann. Finalmente, Anton Marklund no tuvo oposición y se llevó la victoria en el Rallycross de Hungría, asegurándola con paso por la Joker Lap en la penúltima vuelta; con el belga y el danés acompañándole en el podio.
Pauwels remonta para sumar su segunda victoria en RX3
Entre los coches de dos ruedas motrices, Kobe Pauwels logró imponerse en Nyirád, gracias a una estrategia perfecta. Sin embargo, no fue un camino de rosas para el belga, debiendo remontar y pelear después de no poder concretar unas mangas de calificación perfectas, en las que se las tuvo que ver de primera mano con algunos rivales con mucha más experiencia. El piloto de Volland Racing sí logró la victoria absoluta en la Heat 2, aunque finalmente pasó en tercera posición a la Progression Race, con Jan Cerny al frente.
Jan Cerny encarando la primera curva de Nyirád al frente del pelotón. Foto: World RX / Red Bull Content Pool.
Cerny y Pauwels ganaron sus respectivas series en esta manga previa a las Semifinales, con Damian Litwinowicz firmando la victoria en la suya. De esta manera, el joven belga se quedó con el cartel de favorito de cara a la Semifinal 2, siendo el checo y el polaco quienes tuvieron que pelear a brazo partido por la gloria en la Semifinal 1, con el Skoda Citigo de Cerny imponiéndose al Audi A1 de Litwinowicz. El pequeño pero matón RX3 originario de la República Checa volvía a hacer frente con éxito a la gran armada de la marca de los cuatro aros en esta categoría del Euro RX. Pauwels cumplió con su papel y ganó para seguir recuperando puestos de cara a la Final.
En ella, los tres fueron acompañados por Joao Ribeiro y Per Magne Egebo-Svardal, siendo el portugués un actor inesperado en la pelea por el podio. Ya en la salida, Ribeiro no se quedó atrás, tratando de colocar su Audi A1 por delante del de Litwinowicz y del de Pauwels. Esto dio cierto aire a Cerny, aunque no el suficiente una vez que el belga se deshizo de la presión del luso, escapándose para atrapar al checo. Pauwels se lanzó hacia la Joker Lap para tratar de ganar ventaja sobre Cerny, consiguiéndola cuando en la última vuelta el del Skoda Citigo se incoporó detrás del de Volland Racing. Kobe Pauwels se hizo así con la victoria en Nyirád, con Jan Cerny y Joao Ribeiro en el podio.
Batalla por la victoria entre Kobe Pauwels y Jan Cerny en el arranque de temporada del Euro RX en Hungría. Foto: World RX / Red Bull Content Pool.
Con toda la emoción de esta primera cita de la temporada del Campeonato de Europa de Rallycross, en la que se ha confirmado que el nuevo formato de competición consigue mantener el espectáculo en un alto nivel durante el desarrollo de todas las carreras del evento, la caravana del Euro RX afronta un leve parón antes de poner rumbo a Höljes. Allí sí, dentro de algo más de un mes y en pleno RX Magic Weekend, volverá a acompañar al World RX, en una prueba en la que los nuevos RX1e eléctricos verán la luz para sumarse a los RX2e que ya lo hicieron en 2021. Veremos si tanto Anton Marklund como Kobe Pauwels logran continuar con su racha ganadora.
Foto de portada: World RX / Red Bull Content Pool.
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