Scott Dixon es uno de esos pilotos que tuvo que dejar su hogar para labrarse un futuro en el automovilismo. Natural de Brisbane (Australia), aunque con raíces neozelandesas, e hijo de pilotos de Dirt Track, con 19 años decidió viajar a Estados Unidos para realizar una prueba con un monplaza de la Indy Lights, la categoría antesala de la entonces llamada Indy Racing League (IRL). Un viaje que este fin de semana le ha llevado a ganar su quinto título de campeón de la IndyCar, lo que le permite estar considerado como una de las leyendas del automovilismo.
Pero antes de emprender ese viaje, el joven Dixon ya había ganado varios campeonatos en las antípodas. Formula Vee en 1994, Formula Ford Class 2 en 1995 y el campeonato de Nueva Zelanda de Formula Ford en 1996, daban fe de su potencial. En 1997 dio el salto a las competiciones australianas, corriendo la Formula Holden y ganando el premio al debutante del año, además de terminar en tercer lugar en el Campeonato Australiano de Pilotos. Al año siguiente, ganó el campeonato al volante de un Reynard – Holden 92D.
El test con el Indy Lights fue en el circuito de Sebring antes del comienzo del campeonato y fue en un éxito. Dixon batió el récord del circuito en su octava vuelta, un hecho insólito en un piloto debutante. Finalmente, compitó aquel año en las Indy Lights, terminando en quinto lugar a final de año. Algunos abandonos le lastraron en su lucha por el título, pero la velocidad estaba allí, y prueba de ello es que al año siguiente ganó el campeonato, logrando seis victorias al final de la campaña. Este triunfo, le abrió las puertas de la CART, que junto a la IRL, era la principal categoría de monoplazas en Estados Unidos.
En 2001 fichó por PacWest Racing para disputar la temporada entera de la CART World Championship Series, en la que mostró su talento desde las primeras carreras. Su primera victoria la consiguió en la tercera carrera, el Lehigh Valley Grand Prix, en el circuito oval de Nazareth (Pensilvania). Finalizó el año en octava posición, habiendo logrado puntos en 11 de 20 carreras. Para el año 2002, se mantuvo en el equipo PacWest hasta la cuarta carrera, cuando el equipo entró en colapso financiero, momento en el que fichó por la estructura de Chip Ganassi, uno de los conjuntos más potentes en lo que a automovilismo americano se refiere. Este movimiento fue apoyado por Toyota y propició que Ganassi tuviera que alinear un tercer coche en las carreras restantes.
Pero el gran salto de calidad, lo que supuso la base de sus grandes éxitos como piloto fue el movimiento de Chip Ganassi de la CART a la IRL, imitando el traspaso que había realizado el equipo Penske un año antes. Esto llevó a Scott Dixon a una categoría que ha logrado ganar en 5 ocasiones. Una categoría en la que desde el principio ha triunfado. En 2003, en su primer año, ganó el título. Y aunque 2004 y 2005 fueron años difíciles, en los años posteriores siempre ha estado en la lucha. Y siempre compitiendo bajo la bandera de Chip Ganassi Racing, un equipo al que llegó de rebote, pero con el que ha conseguido las grandes gestas de su carrera.
La fusión de la Champ Car (CART) con la IRL en 2008 no alteró los planes de Scott Dixon, ganando el campeonato de nuevo ese año, luchando carrera a carrera con pilotos provenientes tanto de una categoría como de la otra. En 2013 y 2015 volvía a bañarse en champagne al final del año. Y de nuevo en 2018, ganando el campeonato contra pilotos de la talla de Alexander Rossi, Will Power o Josef Newgarden.
También ha conseguido ganar las 500 Millas de Indianápolis, en 2008 tras conseguir la Pole Position. Y por supuesto, las 24 Horas de Daytona, en las que triunfó de manera absoluta en 2006 y 2015. Y como integrante de Chip Ganassi Racing, forma parte del proyecto de Ford en resistencia. Con ellos ganó a principios de este año la carrera de Daytona en clase GTLM. De la misma forma ha participado en las 24 Horas de Le Mans en 2016, 2017 y 2018, logrando un tercer puesto en categoría GTE Pro en 2016.
Con este quinto campeonato de IndyCar, supera a Mario Andretti, Sébastien Bourdais y Dario Franchitti como piloto con más títulos y se queda a dos de la marca establecida por otra leyenda del automovilismo americano, nada más y nada menos que el incombustible A. J. Foyt.
Scott Dixon, un piloto que nos ha dejado con grandes actuaciones, y también con accidentes espectaculares, como el que sufrió en las 500 Millas de Indianápolis de 2017, accidentes que esperamos que no vuelvan a sucederse. Porque queremos seguir disfrutando de Scott Dixon, de su pilotaje y su determinación para ganar ante diferentes circunstancias. Un piloto que, en definitiva, es leyenda viva del automovilismo.