El Campeonato del Mundo de Rallycross ha concluido su primera temporada eléctrica, un año de competición algo más corto de lo habitual pero que desde agosto hasta noviembre ha mantenido la tensión por todo lo alto y en todos los sentidos. Tensión por la competición, tensión entre los pilotos, tensión entre los equipos,… En definitiva, la tensión ha sido un denominador común en esta primera edición de la nueva era del World RX; como también lo ha sido el espectáculo en la pista y las intensas luchas por posición. Y, por encima de todo ello, un nombre propio que ha brillado para sumar su quinto título mundial.
Johan Kristoffersson ha estado en un nivel excelso, tan sublime como en años anteriores, pero esta vez con un punto de dominación casi insultante. Por ello, esta temporada se podría definir como la de “Kristoffersson y los demás” porque nadie ha sido capaz en situación normal de superarle. Únicamente, dos momentos un tanto anómalos han terminado con otro piloto en lo más alto (ya llegaremos a ese punto). Por lo demás, nadie la ha tosido al ya cinco veces Campeón del Mundo de Rallycross, que ha domado como nadie su Volkswagen RX1e.
Desde los primeros metros de este mundial, Kristoffersson ha llevado la voz cantante. Concretamente, desde esa trazada de la curva de la Joker Lap en el comienzo de su vuelta lanzada en la SuperPole de Noruega. En ese instante, con el eje trasero más adelantado que el eje delantero, ya dejó claro quién iba a ser el Campeón del Mundo. Ese pilotaje, la manera de rotar el coche, su interpretación de la propulsión eléctrica y como dirigirla en carrera,… Diferentes aspectos que le han hecho valedor de su quinta corona en seis años.
Después de ganar en Lånkebanen, el sueco encarriló el mundial con dos nuevas victorias en la cita doble en Bikernieki y una más en la primera de Montalegre. El trazado luso fue el primero en el que los demás pudieron hacerle un poco de sombra. Ahí asomaron Timmy y Kevin Hansen para tratar de aguarle la fiesta en Portugal. Y, finalmente, un Niclas Grönholm que, paso a paso y sin hacer mucho ruido, se impuso a todos ellos para lograr la primera victoria del curso. Kristoffersson entró primero en meta, pero ese golpe a Timmy Hansen en la frenada le dejó sin triunfo y con una sanción que traería cola…
En aquella cita en Montalegre afloró la tensión de manera desorbitada. La penalización no gustó en el seno de KMS Motorsport, que ya llevaban unos días de tira y afloja con el promotor y la FIA a razón de los sistemas de propulsión suministrados por Kreisel. Los problemas técnicos fueron aflorando en cuanto los equipos apretaron y afinaron los coches, apareciendo fallos que impedían a los pilotos competir. Ole Christian Veiby ha sido uno de los mayores damnificados en este aspecto y en la estructura sueca no lo dejaron pasar. Las reuniones mantenidas tuvieron su continuidad en Spa-Francorchamps, con un tenso briefing de pilotos que dejó a las claras la posición disconforme en varios aspectos del conjunto dirigido por Tommy Kristoffersson.
Esto no afectó al plano deportivo, puesto que el multicampeón se llevó al bolsillo las dos victorias en juego en el trazado belga. El Circuit de Barcelona-Catalunya recibió de nuevo a la armada del World RX y en la primera ronda del fin de semana fue Timmy Hansen quien se llevó el gato al agua. Si bien es cierto que su ritmo fue muy bueno, habría que ver si podría haber ganado si Johan Kristoffersson no hace el strike en la salida, en el que por poco deja fuera a Timmy y se llevó por delante a su hermano Kevin. En cualquier caso, una nueva sanción para el líder, pero una nueva victoria el domingo, recuperando su mejor versión. En la ultima cita en Nürburgring, el de KMS Motorsport no dio opción y cerró la temporada con su octavo triunfo y el título mundial, tanto para él como para su equipo.
Puede parecer que Kristoffersson lo tuvo fácil, pero la sencillez aparente de sus conquistas deportivas esconde su verdadero talento natural y también los fallos y errores de los rivales, de algunos de los demás. Y, aquí, toca hablar del equipo Hansen World RX Team. Ciertamente, no han tenido su año, sea por la novedad en el nuevo sistema de propulsión eléctrico en los coches o por otro motivo. Pero la realidad es que a nivel estratégico han dejado pasar muchas oportunidades de ganar. Si en temporadas pasadas eran capaces de jugar a estrategias contrarias con sus dos pilotos, este año no han logrado sacar partido a sus cartas.
Lo mismo se podría decir de CE Dealer Team, incapaz en muchas ocasiones de evitar que Klara Andersson acabara con las opciones de un mucho más rápido Niclas Grönholm, actuando de freno en plena carrera. La verdad es que cuesta entender como dos equipos de la élite han sido capaces de cometer semejantes errores en las tácticas, perdiendo potenciales victorias y podios. Y, sobretodo, poniéndoselo todavía más fácil a Johan Kristoffersson. Que es verdad que ha estado por encima del resto, pero tampoco era cuestión de que se lo dejaran en bandeja.
Aparte de Johan Kristoffersson, los hermanos Hansen han cuajado deportivamente una buena temporada. Tanto Timmy como Kevin han sacado lo mejor de sí mismos para conseguir resultados aún cuando desde la torre de spotters no se evitaban los garrafales fallos de planteamiento. De igual manera, Niclas Grönholm ha firmado un año espléndido, tirando del carro de su equipo y demostrando que siempre está ahí para pegarle un bocado a Kristoffersson.
La llegada de Ole Christian Veiby ha supuesto un soplo de aire fresco con un piloto que ha sorprendido para bien, peleando de tú a tú con todos y ganando mangas siempre que ha tenido la oportunidad. A pesar de la posible oxidación en las batallas cuerpo a cuerpo, ha sabido deshacerse rápidamente de su condición de los rallyes para enfundarse cuanto antes la mentalidad de rallycross, aunque el accidente en Montalegre le pasó demasiada factura, sobretodo a su coche. También, interesantes han sido los estrenos de Klara Andersson y Gustav Bergström, lejos de sus jefes de filas, pero progresando positivamente a lo largo de la temporada.
Por su parte, René Münnich ha defendido la honra de su propio equipo durante casi toda la temporada. El alemán ha apostado por la electrificación en el World RX y su intención sigue siendo la de ir con todo. Centrándose en el desarrollo del coche durante las carreras, quedó patente cuando Anton Marklund tomó las riendas del Seat Ibiza RX1e en Nürburgring que la falta de ritmo no responde tanto a las dotes del piloto germano sino a un coche que todavía tiene mucho camino que recorrer en cuanto a prestaciones, pero que a buen seguro que estará delante en 2023.
Y, por último, fue grato ver el ansiado y esperado estreno del Lancia Delta evo-e RX de GCK Motorsport. Guerlain Chicherit apostó por este proyecto, presentado justamente en Nürburgring el año pasado, y no ha parado hasta ponerlo en pista. Firmando un gran debut y sorprendiendo por el buen ritmo mostrado, tiene por delante un invierno de mucho trabajo para seguir afinando la máquina de cara a la próxima temporada, en la que contarán con dos unidades de este modelo mítico del automovilismo.
La temporada 2022 del Campeonato del Mundo de Rallycross ya es historia. Y, también, sus historias intrínsecas a la competición y al ambiente que siempre rodea a un certamen de carreras. Lo importante, es que esta primera temporada eléctrica del World RX ha sido superada de manera satisfactoria, que el certamen camina hacia delante y que el futuro promete muchas emociones fuertes. Los RX1e son espectaculares y quien los ha visto en directo puede dar fe de ello. También, los representantes de algunas marcas que cada vez ven con mejores ojos a estos vehículos. ¡Gracias por el espectáculo a “Kristoffersson y los demás”! Nos vemos en 2023…
Foto de portada: Media World RX / Red Bull Content Pool.