La historia de las carreras en Alemania comenzó tan pronto como se empezaron a comercializar los primeros coches. No en vano, el primer automóvil de la historia se fabricó allí. El primer evento automovilístico importante del que se tiene constancia fue la Berlín – Potsdam – Berlín que se celebró el 24 de mayo de 1898. Esta carrera, cuya salida se daba en el centro de la capital alemana, fue el primer paso para la disputa de competiciones con vehículos a motor en Berlín, y por lo tanto, el primer paso para la construcción del AVUS.
En Alemania se celebraron varias carreras más a finales del siglo XIX en carreteras cerradas al tráfico rodado, dada la inexistencia de infraestructuras fijas. En 1907, durante la celebración de la carrera del Kaiserpreis en la región de las montañas del Taunus, el emperador alemán Guillermo II prometió la construcción de una carretera de gran capacidad desde Berlín a Wiesbaden que se usaría como circuito de carreras y pruebas.
El proyecto quedó paralizado en 1912, retrasándose el inicio de las obras debido a la Primera Guerra Mundial. El futuro “circuito para automóviles, de ensayo y ejercicio”, como lo definió Alfred Neubauer en su biografía Hombres, mujeres y motores, vio recortada su distancia, la cual alcanzaba hasta la ciudad de Potsdam. En 1920 se terminaban las obras y en septiembre del año siguiente se inauguró el nuevo trazado con una carrera.
Así nacía AVUS, acrónimo de Automobil-Verkehrs und Übungsstrasse, que traducido significaría “Tráfico de automóviles y carretera de ejercicio”. El trazado contaba con 8300 metros de longitud, la mitad de lo que se proyectó, pues hubo que realizar recortes por falta de fondos. El circuito estaba formado por dos largas rectas y dos curvas, las cuales unían ambas rectas en cada uno de sus extremos.
La curva norte tenía una forma achatada, en cuyos exteriores se ubicaron los edificios de garajes y el edificio de cronometraje. Así mismo, en paralelo a la salida de la curva hacia la larga recta, se ubicaron las posiciones de salida. A continuación se ubicó la grada principal. La curva sur se construyó con una forma más cerrada que la norte y bastante más estrecha, aunque siguiendo el estilo de curva de gran radio, la cual se situaba en pleno bosque de Grunewald, al sur de la ciudad de Berlín.
La primera carrera en el AVUS se disputó el 25 de septiembre de 1921, en la que participaron pilotos locales conduciendo principalmente vehículos de las casas Opel o NAG preparados para la ocasión. Hacia 1922 comenzaron a disputarse carreras de motocicletas y no fue hasta 1926 cuando se disputó la primera gran carrera en el circuito berlinés.
El 11 de julio de 1926 se disputó allí el Gran Premio de Alemania, una carrera que aspiraba a ser una gran fiesta para toda la ciudad de Berlín. Significaba la culminación de un proyecto para realizar grandes carreras en la capital alemana, un sueño que finalmente se iba a ver cumplido. Aunque en un principio la participación no iba a ser la esperada para un evento así, pues coincidía en fechas con el Gran Premio de San Sebastián en el circuito de Lasarte, cita puntuable del Campeonato del Mundo de Fabricantes de la AIACR, y por lo tanto, una de las pruebas más importantes del año.
Para los fabricantes era prioritaria la prueba española y con esa idea iban a presentarse en la ciudad vasca, con Mercedes a la cabeza. Una victoria fuera de Alemania suponía un impulso de popularidad en todo el continente aún mayor, máxime cuando la carrera tenía el título añadido de Gran Premio de Europa. Así lo veían los directivos de la firma de la estrella, una oportunidad para aumentar sus ventas a lo ancho y largo del continente.
Pero no era la misma visión de algunos de los pilotos de carreras de la compañía. Uno de ellos se presentó ante Max Sailer, directivo de Mercedes, en su despacho de la sede en Stuttgart. Reprochándole el no correr en la carrera de casa, Sailer le argumentó que la carrera española era más importante de cara a las ventas, a lo que el joven piloto alemán respondió con que él se ofrecía para competir en AVUS representando al fabricante. Al principio, Sailer no se lo tomó en serio, pero tras tomar en consideración la propuesta, autorizó al piloto a competir en el Gran Premio de Alemania bajo el amparo de Mercedes. Su nombre era Rudolf Caracciola.
El joven Caracciola era un diamante en bruto, aunque ya había conseguido algunas victorias en carreras menores. Junto a su mecánico, Otto Salzer, se presentó aquel día con un Mercedes Monza de dos plazas, una para el piloto y otra para el copiloto, en este caso, el mecánico. Tras calar el coche en la salida, el ritmo del alemán fue endiablado, protagonizando una remontada que le encumbró al olimpo de la competición.
Rudolf Caracciola ganó el primer Gran Premio de Alemania en AVUS a bordo de un Mercedes. La victoria supuso un repunte de las ventas de la casa alemana, la conversión de Caracciola en la nueva estrella de Mercedes y la consolidación del circuito en el panorama deportivo internacional. Todos contentos. El propio Ferdinand Porsche, que en aquellos años era uno de los principales ingenieros de Mercedes, felicitó al joven Rudolf, lo mismo que Max Sailer.
En años posteriores, el circuito albergó una gran cantidad de carreras, de diferentes ámbitos, aunque el Gran Premio de Alemania no volvió allí hasta 1959. Para entonces, el circuito había experimentado varios cambios. El principal fue la demolición de la curva norte en 1937 para construir un peralte de 43º con el objetivo de aumentar la velocidad en el paso por curva y la seguridad. Lo primero se logró, pero lo segundo no. De hecho, el circuito se volvió más inseguro, pues a altas velocidades, los coches salían despedidos por encima del peralte, volando varios metros y chocando contra el suelo fuera del trazado.
Tras numerosos accidentes en esa curva, esta fue demolida de nuevo en 1967. También se recortó la longitud del circuito, aproximadamente a la mitad, albergando carreras de diferentes campeonatos alemanes hasta 1998. A las largas rectas también se agregaron chicanes con el objetivo de reducir la velocidad. El tráfico rodado y la expansión de la ciudad iban en aumento, de manera que el AVUS se integró poco a poco en el sistema de autovías y autopistas de acceso a Berlín. Esto y la cada vez menor seguridad, fueron los detonantes para el cese de la actividad deportiva.
Hoy en día, se conserva intacta la tribuna principal, así como el edificio de cronometraje, que ahora es un hotel, y la curva norte, la cual mantiene sus guardarraíles. La curva ha pasado a ser un gran aparcamiento utilizado sobretodo por los clientes del hotel. Alojamiento que recibe el mismo nombre que el circuito: Hotel AVUS. La estrella de Mercedes sigue en lo alto del edificio, recordando a todos lo que pasen por el lugar que hubo un tiempo en que las mejores máquinas del planeta y los mejores pilotos de carreras midieron sus fuerzas allí.
Fotos: © Auto Motor und Sport | Pablo López Castillo (elacelerador.com)