Nyirád Racing Center, Nyirád (Hungría). La historia de la minería habla de cómo, en muchos lugares del mundo, las necesidades científicas e industriales han moldeado paisajes y cambiado la vida de múltiples parajes, extrayendo del interior de nuestro planeta riqueza en forma de mineral. Pero, también habla de cómo, cuando se acaba la producción, cuando la tierra no da más de sí, esas construcciones, esos lugares que parecían el auténtico maná, se convierten en terrenos yermos abandonados a su suerte. Sin embargo, cuando eso sucede no todo está perdido. Otros usos pueden darse y convertir la desolación por el abandono en una nueva ilusión.

La zona central de Hungría puede contar muchas historias de mineros que se dejaron la piel -y lo que no es la piel- en minas a cielo abierto. Seguro que muchos de ellos ya retirados cuentan a sus hijos y nietos historias de aquellos tiempos. Y de cómo una parte de la mina de bauxita de Nyirád se transformó en un templo de la velocidad, en un circuito de carreras donde ahora son los pilotos y sus monturas quienes escriben su historia.

Sin uso ya para la extracción de material, las carreras de autocross y rallycross tomaron el testigo a la maquinaria pesada para seguir levantando polvo a su paso. Fue con la ayuda de la empresa que gestionaba la instalación minera como la incipiente afición local, que comenzaba a vibrar con el autocross y estaba descubriendo el rallycross, construyó el circuito para las primeras carreras en la década de 1980 del siglo pasado. Hungría había acogido en 1984 su primera prueba de Rallycross, siguiendo con la fiebre por la modalidad que se estaba expandiendo en Europa central. Cuatro años más tarde, se celebraba la primera prueba de Rallycross en el novedoso circuito de Nyirád.

La entusiasta afición local aprovechó ese apoyo de la compañía minera para ir realizando mejoras a las incipientes instalaciones y, en 1993, el campeonato húngaro desembarcó en ellas. En esos años y en los siguientes, se construyeron nuevas secciones y se habilitó un trazado 100% de tierra para autocross. Se aprovechó una carretera para la zona de asfalto del circuito y se construyó el paddock y la zona de público. Todos esos avances permitieron la llegada del Campeonato de Europa de Rallycross y del Campeonato de Europa de Autocross en 2006.

Desde entonces, el RX internacional ha celebrado varias pruebas en suelo “rojo”. Y es que la tierra de Nyirád, debido a las propiedades físico-químicas de la bauxita, es de una tonalidad rojiza. Entre aquella primera edición de 2006 y 2013, Nyirád fue uno de los templos del Euro RX y del Euro AX, convirtiéndose en un referente en la zona centroeuropea. No en vano, acoge una de las citas imprescindibles del Campeonato Centroeuropeo de Rallycross, que bajo el paraguas de la FIA, goza de gran tradición y renombre.

Por diferentes circunstancias, Nyirád no volvió a formar parte del certamen europeo de rallycross hasta 2022, cuando, gracias al renovado esfuerzo del club local y de los gestores del Nyirád Racing Center, que acometieron mejoras de gran calado en las instalaciones para adaptarlas a los tiempos actuales, fue la sede de la fecha inaugural del Campeonato de Europa de Rallycross, regresando varios de los héroes que ya habían pisado el “Vörös Katlanban” (“Caldero Rojo”, en húngaro).

El esfuerzo de ese primer año de retorno a la élite continental se repitió al año siguiente, convirtiéndose en uno de los principales candidatos a formar parte del calendario mundialista en el futuro. Y, en efecto, este 2024, Nyirád ha logrado estrenarse en el World RX, celebrando por primera vez el World Rallycross de Hungría como cita puntuable del Campeonato del Mundo de Rallycross, acompañado, como no podía ser de otra manera, por un Campeonato de Europa que tiene en el país magiar uno de sus principales polos de acérrimos aficionados, siendo además la cuna de un elevado porcentaje de pilotos.

Con un debut de ensueño repleto de estrellas locales, en el que, al menos, un piloto húngaro ha competido en cada una de las categorías presentes -destacando el debut de Jankó Weiszt en World RX o el regreso del ex mundialista Krisztián Szabó en Euro RX3-, la afición vibró este fin de semana con la victoria de Niclas Grönholm el sábado, pero muy especialmente con el podio logrado por Weiszt ante su afición, en una Final donde los principales espadas del campeonato quedaron fuera en la primera curva.

La historia continuó escribiéndose el domingo, con Johan Kristoffersson triunfando en esta ocasión en la segunda prueba del mundial en suelo húngaro. Para la enfervorizada afición, los vítores fueron a parar a Máté Benyó en tercer lugar de una Euro RX1 ganada por Patrick O’Donovan y a un Szabó subiendo al podio en una Euro RX3 en la que resultó vencedor Nils Volland. Estos resultados se completaron con el éxito de Nils Andersson en RX2e.

Años y años de intenso trabajo para “reciclar” la anterior actividad minera han dado como resultado un escenario idílico, en el que los aficionados disfrutan de cada maniobra, lucha cuerpo a cuerpo o adelantamiento en un fantástico anfiteatro que aprovecha los relieves naturales del terreno. O artificiales, quién sabe si son fruto de aquellas historias que contaban los ahora abuelos de Nyirád a sus hijos y nietos; y que ahora escuchan a estos últimos contarles las que hoy en día los “locos del volante” protagonizan en la élite mundial.

Fotos: Media FIA World RX | Red Bull Content Pool.