Tras dieciséis años de carreras en las que el futuro del automovilismo se ha partido los cuernos para escalar a la cúspide, ha llegado la despedida. No es el momento para lamentarse ni para llorar. El campeonato que un día se llamó F3 Euroseries y que se transformó en el Campeonato de Europa de Formula 3 no verá la luz en 2019. El campeonato por el que han pasado quince de los actuales veinte pilotos de la parrilla de Fórmula 1. Cinco de estos pilotos fueron campeones del certamen.

Pero ni la estadística ni el prestigio han sido suficientes para que el limitado número de candidatos a pilotar los coches de las series gestionadas por ITR se hayan decantado por esta opción. Son muchos los campeonatos de F3 que se ofertan para el año en curso, pero no son tantos los pilotos para llenar sus parrillas. De manera que, con tristeza y pesar, los organizadores han decidido bajar la persiana.

El DTM se queda sin su campeonato hermano. Desde 2003, el campeonato de F3 y el campeonato de turismos alemán han compartido circuitos y empresa organizadora. En un sistema en el que la F3 Euroseries servía también de cantera de futuribles contendientes a los asientos ofertados por las marcas teutonas en sus prototipos carrozados como coches de calle vitaminados. En 2019 tendrán que fijar sus miras en otros derroteros.

Lewis Hamilton pilotando su Dallara F305 – Mercedes en el circuito de Nürburgring en 2005

La F3 Euroseries nació como resultado de la fusión de los campeonatos francés y alemán de Fórmula 3. Una fusión auspiciada por las federaciones automovilísticas de ambos países, que permitió forjar una serie de relaciones entre ambas con el fin de fomentar el desarrollo de sus pilotos protegidos en un ambiente de competitividad que sólo podía hacer crecer el campeonato. Los equipos vieron allí una buena oportunidad, y ante la falta de un campeonato fuerte del mismo nivel en Europa, la mayoría decidieron instalarse en él.

El campeonato salvó el primer intento de la FIA de tomar el control exclusivo del camino ideal hacia la Fórmula 1 en 2012, cuando ellos y el nuevo Campeonato de Europa de F3 de la federación compartieron circuitos, pilotos y equipos. Al año siguiente, ambos certámenes se fusionaron. O más bien, la F3 Euroseries cambió su nombre por el del certamen “oficial”.

Si la federación pretendía establecer un único campeonato de F3, tenía que eliminar un problema en su propia casa. Ese problema era la GP3 Series, un campeonato creado con la intención de ser el segundo escalón previo a la Fórmula 1, justo por detrás de la entonces llamada GP2 Series. La no existencia de un campeonato de Fórmula 2 a nivel internacional, ni regional, hizo fácil la conversión de la GP2 en la nueva F2. Pero con la F3 el problema era de cierto calado. O no tanto…

Dani Juncadella bajo la lluvia en 2012, el año en el que ganó el campeonato. © danieljuncadella.es

La decisión fue la de rebautizar la GP3 Series como Campeonato de F3, eliminando el Campeonato de Europa de Fórmula 3 que hasta entonces ellos mismos auspiciaban pero no organizaban. He aquí la cuestión. Aunque más que eliminar, simplemente han dejado de permitir que usaran la denominación de F3 al dejar de ser el campeonato “oficial”. Y así es como estas series que tanto prestigio habían tenido pasaron a denominarse Formula European Masters. El nombre de su defunción. Un nombre que nunca verá ningún semáforo ponerse en verde.

Como hemos dicho al principio, no es el momento de llorar ni de lamentarse. Pero es verdad que da mucha tristeza que un campeonato que ha visto coronarse a pilotos de la talla de Lewis Hamilton, Nico Hülkenberg, Jules Bianchi, Dani Juncadella, Esteban Ocon o Lando Norris, se vaya al traste. Un campeonato donde equipos como Carlin, Prema, Mücke, Van Amersfoort o Motopark, han demostrado en todos estos años ser los mejores del mundo de la especialidad.

Mick Schumacher camino de la conquista del título en la última cita del certamen en Hockenheimring. © FIA F3 / Thomas Suer

En su intento de acaparar todas las categorías anteriores a la Fórmula 1, la FIA está provocando un caos en el tercer escalón de la escalera. Intentar crear un monopolio obliga a los pilotos a ir a un determinado campeonato, cuyos costes serán más elevados al no haber otro que le haga competencia. Por lo tanto, es fácil deducir que este monopolio sólo puede generar que no lleguen a la cúspide todos los mejores por razones económicas, sino que lo haga un porcentaje mayor de pilotos que puedan suplir sus carencias con dinero. Ahora no es tiempo de lamentos, pero esperemos que en unos años no tengamos que lamentarnos por según qué tipo de decisiones. Sólo el tiempo lo dirá…

Foto de portada: © FIA F3 / Thomas Suer