Es por todos sabido que las paradas son un elemento clave en el devenir de una carrera. Y cuanto menos tiempo se tenga el coche, mejor. Así que siempre se ha buscado la forma de facilitar el trabajo de los mecánicos para que se pierda el menor tiempo posible. Y para eso se inventaron los “Air Jack”.

Un Audi R8 suspendido sobre el sistema Air Jack en las Blancpain Series. Foto: © Sergi Merino Navarro (elacelerador.com)

Si hay que cambiar los neumáticos, es necesario levantar el coche del suelo para que el equipo pueda trabajar en las ruedas. Y aquí es donde los más avispados habrán notado una diferencia crucial entre, por ejemplo, la F1 y las carreras tipo GT. En el caso de las carreras de monoplazas, como la F1, estamos acostumbrados a ver a dos mecánicos con sendos gatos que levantan el coche mientras otros se encargan de las ruedas. Pero en el caso de las carreras de GT o prototipos, como pueden ser las de resistencia, los coches suelen pesar mucho más, casi todos por encima de los 1000 kg, así que sería difícil cargar todo ese peso entre dos mecánicos. Además, al ser coches carrozados dejan más espacio para introducir soluciones técnicas para lidiar con este tipo de problemas. Si alguna vez han visto una parada en boxes de este tipo de coches, verán que el vehículo se despega del suelo “solo”, sin que ningún mecánico empuñe una herramienta para tal propósito. Sin embargo, siempre puede verse un mecánico conectando una especie de cable al coche justo antes de que éste se levante. Este “cable” no es más que una manguera conectada a un sistema neumático (muchas veces unas simples bombonas presurizadas de aire).

En este caso la válvula donde se conecta el sistema está dentro de la «trompeta» al lado del escape. Foto: © Sergi Merino Navarro (elacelerador.com)

El sistema es más simple de lo que parece: Cuando el coche para, un mecánico conecta esta manguera a una válvula que lleva incorporada el coche y la presión del aire hace salir unos resortes del fondo del coche, así el peso del vehículo se apoya en esas patas y queda suspendido a unos centímetros del suelo. De esta forma, los mecánicos pueden trabajar en el coche cuando para durante la carrera e incluso en el garaje si el sistema se mantiene conectado.

Cuando el trabajo ha terminado solo hay que desconectar la bombona y la disminución de presión hace que las patas vuelvan a su sitio, así las ruedas vuelven al suelo y el coche está listo para rodar con normalidad. Es un sistema que añadiría demasiado peso a un monoplaza, pero en un coche carrozado es necesario y hace más cómodo trabajar para tener el coche listo en poco tiempo. Sólo un poco de aire presurizado, una manguera que manipula un único mecánico y unos sencillos resortes. Simple y brillante a la vez, ¿no les parece?

Este sistema permite a los mecánicos trabajar incluso dentro del garaje. Foto: © Pablo López Castillo (elacelerador.com)

 

Foto de portada: © Pablo López Castillo (elacelerador.com)