El equipo de Fórmula 1 Toro Rosso tendrá en 2019 al tailandés Alexander Albon como su nuevo piloto oficial. El joven, hijo de padre británico y madre tailandesa, ha terminado en tercera posición de la clasificación general en el campeonato de Fórmula 2 este año, sumando cuatro victorias y tres Pole Position. Su llegada a la máxima categoría no será la primera de un piloto de Tailandia, pues antes que él, muchos años antes, hubo un caballero que se atrevió a probar suerte en el mundo de las carreras, a pesar de proceder de un país sin tradición automovilística. Fue el príncipe Bira, más conocido en la competición por su nombre de guerra: B. Bira.

Birabongse Bhanudej Bhanubandh, príncipe de Siam, nació en Bangkok el 15 de julio de 1914, nieto del rey Rama IV, por lo tanto, miembro de la familia real tailandesa. De muy joven fue enviado a Gran Bretaña para completar sus estudios en el prestigioso colegio Eton, donde conoció a los hijos de la alta sociedad británica. Y fue allí, en Inglaterra, donde el olor a gasolina y a goma quemada le contagió la enfermedad de la velocidad. Comenzó compitiendo con los coches que le proporcionaba su primo, el príncipe Chula de Siam, quien había fundado su primer equipo, el White Mouse Racing. Sus coches se identificaban con una pegatina de un ratón blanco sobre la carrocería y, siempre que era posible, con los colores de competición de Tailandia, azul claro y amarillo, los cuales se atribuye que fueron establecidos por el propio príncipe Bira.

El príncipe Bira durante una carrera en Zandvoort

Eran los años ’30 del siglo pasado, y tanto Gran Bretaña como el resto de Europa gozaban de un buen calendario de pruebas automovilísticas en el que las grandes marcas se peleaban por ganar. Una de ellas, ERA, fabricante británico de coches deportivos, puso en manos del príncipe tailandés, por mediación de su primo, el primer vehículo de altas prestaciones con el que pudo competir. Poco a poco, y a base de buenos resultados, se fue haciendo un nombre en el mundillo. Un nombre que tuvo que acortar para que fuese práctico y rápido de leer. Birabongse Bhanudej se transformó en B. Bira, su nombre en las carreras.

Antes de la Segunda Guerra Mundial, sus buenos resultados le llevaron a disputar eventos del panorama internacional. Quizás la carrera que le abrió las puertas de la élite fue la Copa del Príncipe Rainiero de 1936, celebrada dentro de la programación del Gran Premio de Mónaco. La prueba se disputó con monoplazas de la clase Voiturette y Bira se presentó a ella como piloto de ERA. El tailandés ganó, con más de dos minutos de margen sobre su compañero Marcel Lehoux. Este triunfo le abrió las puertas de las competiciones más importantes de la época. Competiciones como el Gran Premio de Suiza de 1938 y las 24 Horas de Le Mans de 1939.

Birabongse Bhanudej «B. Bira» domando su Maserati 4CL sobre el asfalto, en 1948

El estallido de la guerra cesó la actividad automovilística en toda Europa, de modo que puso fin temporalmente a la carrera del príncipe tailandés. Pero el tiempo pasa y el conflicto terminó, y con ello, volvieron las carreras al viejo continente. Bira pronto se preparó para participar en los renacidos Grand Prix que iban a celebrarse, compitiendo con diferentes coches. El establecimiento del Campeonato de Mundo de Pilotos le llevó a competir con los Maserati de Enrico Platé en 1950. Su buen hacer tanto dentro como fuera de las pistas, le llevó a conseguir buenos volantes fuera de las carreras puntuables para el campeonato, llegando a ser piloto oficial de Maserati en 1954. Su retirada se produjo tras ganar el Gran Premio de Nueva Zelanda de 1955.

A partir de entonces se dedicó a fomentar la cultura del automovilismo en su país de origen. Prueba de ello fue la construcción del circuito Bira, a las afueras de Bangkok. Su legado ha sido tan grande que todavía se le recuerda como uno de los mejores pilotos que hubo en los primeros años del campeonato de Fórmula 1. Su testigo lo recoge ahora Alexander Albon, un piloto que tiene todos los ingredientes para honrar la memoria Birabongse Bhanudej. Seguramente, no se verá obligado a recortar su nombre, pero cuando lo leamos escrito como A. Albon nos acordaremos que antes que él estuvo B. Bira.

Alexander Albon a bordo de su Dallara-Mecachrome de Fórmula 2 en el circuito de Spielberg, en 2018